XVII
Con humana ternura las hojas de la fuente
deslizan su cansancio. El aire quiebra
el silencio de las veletas. Entonces,
la soledad detiene la lengua natal
que mis hermanos susurraron en la infancia
en el remordimiento de la belleza.
(Hay cosas que no puedo recordar,
cosas que me nombran en sueños).
¿Qué haces allí, padre, entre la niebla
y la emanación de la nada?