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El vals triste de Rajoy

viernes, 29 de diciembre de 2017
El vals triste de Rajoy Como en el vals triste de Jean Sibelius, que se compuso para una obra de teatro muy tétrica "Muerte", el impasible Rajoy ‎desea evitar los estertores de su partido y parar la ascensión irresistible del Macron español Albert Rivera. El resultado de las elecciones catalanas ha sido contundente y es necesario reaccionar y poner a mal tiempo buena cara.

Como corredor de fondo el estadista de Pontevedra es de la escuela del que ríe el ultimo, aunque en esta ocasión se encuentre en un brete. Como saben los aficionados a los toros, hay que rematar la faena o se te va el toro al corral, Don Mariano, tan aficionado al ciclismo, espera poder remontar en la subida al Aubisque francés o en el temible Mortirolo italiano.

En frío analista, utiliza los dos peones que tiene en su gobierno, Fátima Bañez y Cristóbal Montoro, la primera que predica subir los sueldos y ha conseguido un pacto social con Patronal y Sindicatos para subir el salario mínimo y el segundo para mostrar músculo centralista, ante los desajustes fiscales de las Comunidades Autónomas, ambos andaluces y con muchas agallas, vamos de los que no se arrugan.

En contra, da fuerza al vals triste las subidas de la luz y del gas, que son muy impopulares y destrozan las uñas de las economías domésticas de tanto rascarse los bolsillos. Como paliativo, le da árnica, la falta de propuestas de la oposición, que a las jeremiadas habituales, no aporta soluciones, ni el atribulado Sánchez con su propuesta de revisión de la Constitucion y su tambaleante PSC, ni el turulato Iglesias, que se ha quedado sin discurso, tal vez agotado de amores y sinsabores. Queda el inmaculado Rivera con su equipazo, dispuesto a saltar al cuadrilátero, pero demasiado contemplativo con su musa la mujer del Año Inés Arrimadas.

Añade compases del tres por cuatro el siniestro capítulo de la corrupción, con su batería de procesos, verdaderas minas, que Rajoy tiene que esquivar con la técnica de Rayuela, pero con mucho cuidado de no dar un paso en falso y saltar por los aires. Sombrío panorama con el sólo consuelo del proceso de Sevilla a los dirigentes socialistas por el escándalo de las subvenciones para la formación de los parados. El y tu más, que no convence a la ciudadanía, cuando Don Mariano piensa en los desmanes de la Comunidad Valenciana y de la de Madrid le vienen escalofríos y en sueños se le aparecen los fantasmas de los Correa, Bárcenas y hasta de la pobre Rita Barbera, en esas ocasiones suda frío y se despierta empapado.

Le achacan ser inmóvil, pero después del bofetón catalán, ha tomado iniciativas en materia antiterrorista, convocando el Pacto Antiterrorista, con Zoilo su ministro del Interior, que parece un penitente del Señor del Gran Poder, siempre amable, vacilante y quejumbroso y poniendo en marcha el Pacto Nacional contra la Violencia de Género, también repudiada con vigor por el rey Felipe en su Mensaje de Navidad.

Pocas balas en su recamara, para combatir a la armada de Ciudadanos apoyada por Aznar y su FAES, solo juega a su favor el paso del tiempo, quedan dos años para las elecciones generales, si consigue salvar el obstáculo de la aprobación de los presupuestos, un adelanto de las elecciones podría serle fatal, es consciente de ello y trata de alargar los tiempos, esperando en los traspiés de sus ufanos rivales.

En La Moncloa, ha soltado lastre enviando a su hombre de confianza en los lances internacionales el barcelones Moragas a Naciones Unidas, siguiendo la curiosa práctica de Exteriores en que los fracasos se premian con ascensos y desde luego ha proscrito a Soraya, la descabezadora,para bailar su vals triste, se basta y se sobra.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


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