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Héctor Ciocchini, en dos de sus poesías

miércoles, 13 de diciembre de 2017
Fue un noble hombre, un maestro afable y certero, un dignísimo poeta. Podía hacerte romper el cascarón tan sólo con una frase que después seguirías pensando durante años, me sucede a mí, que lo veo ahora, presente, que oigo su palabra al pie de la letra, cuarenta años después. Y fue un ciudadano valiente, que se atrevió a testificar contra los asesinos de una generación...

Hay muchos motivos para recordar a Héctor, y muchos de sus mundos que esperan ser recorridos. Quiero volver un día de estos a hablar de él, como él lo hizo para rendir homenaje a su maestro Arturo Marasso, y como a su vez Marasso lo había hecho con Joaquín V. González. Lo haré, cuando supere la vergüenza, cuando me resigne a dejar de manifiesto lo poco que sé de hombre tan excelente, lo poco que mi ignorancia me permitió comprender de él.

Por hoy, les presento a Héctor Eduardo Ciocchini (La Plata, 1922 – Buenos Aires, 2005) en dos de sus poesías.

Las orillas desiertas
I

Reposa tu cabeza
torturada de sombras y tormentas:
sea la lluvia un saludable olvido
en su morosa destilación
sobre las piedras inmemoriales.
Después de cada viaje
en los recintos ardientes del amor,
en su azaroso olvido,
vuelvo a reconocer mi soledad
como un ciego las piedras de su casa.
Y así en la gruta del deseo,
en donde se repiten los sueños de los padres,
vuelve a llorar una sabiduría
en que sólo se atisba la corriente
de un mar brutal y sordo
que renueva incesante su pasión.

(De: Herbolario, 1982).


A María Clara

Sálvame, martirizada,
de la crueldad del amor, de los seres humanos,
de su feroz herida. Llévame
a la serenidad del canto.
Que mi plegaria sea ponderada, un bálsamo
para mi inquieto corazón.

Tú que sufriste todos los martirios
calma este agudo dolor, la soledad de la edad y de la muerte
asomando sus pies debajo de mis pasos.

Amor que me das muerte
retira la crueldad de tus armas,
cede tu paso al sueño y al reposo.


(De: Homenaje a John Keats y Fragmentos de un Diario, 1995).
Penelas, Carlos
Penelas, Carlos


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