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La derrota de los tiranos

miércoles, 29 de noviembre de 2017
Sobrecogido por el terrible atentado del Norte de Sinaí donde un comando yihadista acribillo a los fieles del viernes en una mezquita sufí y entre divertido y preocupado por las payasadas de Carlitos el tramposo dedico mi crónica de hoy a dos acontecimientos muy importantes de la pasada semana de este noviembre del año de la feroz sequía.

Dos tiranos han concluido su trágica trayectoria, el uno Robert Mugabe el La derrota de los tiranosdictador de Zimbabue en el exilio del Congo y el otro el‎ carnicero de Srebrenica Ratko Mladic en la cárcel condenado a cadena perpetua.

Mugabe fue un símbolo de la independencia africana, secretario general de los países no alineados en los setenta, imbuido del marxismo liberador que apoyaba la Unión Soviética con sus aliados cubanos, líder indiscutible del ZANU-PF que derrota a los partidarios de la supremacía blanca y se instala en el poder, durante 37 largos años, teñidos de sangre y depauperación económica.

Mladic, un despiadado general serbobosnio, autor con las tropas a su mando de un bárbaro genocidio en Srebrenica, ocho mil hombres en su mayoría jóvenes masacrados sin piedad y crímenes contra la humanidad en la guerra de Bosnia 1992-5. Resurgió la limpieza étnica del holocausto nazi esta vez contra los musulmanes. El Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia lo condenó a cadena perpetua.

Dos personajes siniestros derrotados al fin.

Robert Mugabe es la otra cara de la medalla de Nelson Mandela, con quien tuvo claras afinidades al principio, cárcel, persecución ‎y lucha por la independencia, pero al llegar al poder se convierte en el flagelo de la minoría blanca, que había montado una muy próspera agricultura, a los que expropia y asesina o envía al exilio y que junto a sus veteranos de guerra reparte las tierras creando un caos económico y un desabastecimiento fatal que lleva a la miseria, lo que provoca insatisfacción de la población y represión interna para poder perpetuarse en el poder y como guinda postula como heredera a una bella y ambiciosa joven esposa. Finalmente su lugarteniente Emmerson Mnangagwa, apodado el Cocodrilo, da un golpe de estado y a los 93 años Mugabe es destituido.

Nelson Mandela, en cambio, deseo convertir a Sudáfrica en el País del Arcoiris, para blancos, negros, malayos e hindúes, poniendo fin al apartheid y sin ánimo de venganza, a diferencia de Mugabe, que de símbolo bajo de su pedestal para convertirse en tirano. Paz y Reconciliación‎.

Ratko Mladic, junto a su secuaz Radovan ‎Karadzic, escribió una de las páginas más vergonzosas de la historia contemporánea de Europa, que condujo al exterminio de miles de musulmanes en el Este de Bosnia. La descomposición de Yugoslavia, después de la muerte del hombre fuerte el Mariscal Tito, sembró el desorden y el apogeo de los nacionalismos latentes en un país divido por conflictos étnicos y religiosos. El mayor encarnizamiento de estas contiendas por la independencia tuvieron lugar en Bosnia, un país con tres comunidades y en Serbia, que defendía su liderazgo de Belgrado y que perdería sus raíces religiosas en Kosovo, ante la minoría albanesa.

Recuerdo la impresión que me causó Yugoslavia en los años setenta y ochenta, con el esplendor de la Croacia de Dubrobnic, con sus costas entremezcladas con un pasado veneciano, la belleza de las aldeas bosnias embrujadas en el Medioevo, que contrastaban con el rancio abolengo cultural de Sarajevo y Belgrado, donde florecían una de las juventudes más bellas de Europa. Ese nacionalismo, veneno de Europa, como lo califica Junker, dio al traste no sólo con la autogestión, sino con la pujanza de un país en pleno auge.

En Sudáfrica, uno de los países más bonitos del mundo, en que una minoría blanca construyó un país muy moderno, dotado de grandes infraestructuras, Mandela y Leclerc abrieron las puertas a una reconciliación nacional, indispensable para elevar la condición humana de la mayoría negra, luchando contra la desigualdad, pero sin desestabilizar la economía.

Restañando las heridas del apartheid con el bálsamo de la reconciliación. Reparación, Perdón y Futuro.

Mugabe y Mladic tienen ahora, ganado a pulso, un lugar preferente en el Museo de los horrores de Madame Tussauds de Londres.

‎Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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