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Que no queden dudas: Siempre estaré con el pueblo

miércoles, 29 de noviembre de 2017
En mi artículo anterior, dedicado a Carlos Pedrosa -por cierto: no consta en internet su genealogía- intervenía a raíz de la propuesta de cambio de nombre del colegio público “Antonio Pedrosa latas de Celeiro” (Viveiro) y, como a veces la gente interpreta mal lo que lee, conviene precisar varias cosas:

1ª Jamás defendí al Franquismo ni a la Falange. Muy al contrario, me pude aprovechar de la segunda y renuncié a un buen puesto de trabajo por coherencia personal. Ambos sistemas son para mí de infeliz memoria y trato de enterrarlos con la pala del perdón.

2ª Soy partidario de la recuperación de la Memoria Histórica y, por tanto, nada tengo que objetar al cambio de dicho nombre, si las autoridades lo tienen a bien. Indiscutiblemente el padre de mi amigo fue un destacado falangista y como tal participó activamente en el Régimen. Eso es innegable y la Historia está ahí para leerla.

3ª En mi artículo afirmaba que no creo en ideologías y que las personas nos podemos equivocar, aunque nos guíen los sentimientos más nobles. Creo que es el caso que nos ocupa y, en las escasas conversaciones que tuve con el denostado personaje, pude observar una enorme fe en sus ideales, aunque los hechos puedan ser reprobables. Hay cuatro cosas que eran ciertas: era temperamental y honrado; creía en lo que hacía y amaba sinceramente a la gente a la gente con la que convivía. Lógicamente, no pensarían así sus enemigos.

4ª Conviene precisar que las cosas hay que juzgarlas en su contexto histórico. Está pues claro que Pedrosa Latas era un significado falangista de la Posguerra con gran predicamento en el Régimen -procurador en diversas legislaturas-. Ahora bien, como personaje influyente, sobre todo en temas de mar, se portó magníficamente con Viveiro, no sólo construyendo las viviendas sociales de Celeiro, sino también interviniendo para el arreglo de la iglesia de Santa María. Me consta que cualquier otra iniciativa que favoreciera a Viveiro era siempre apoyada por él. Por eso es preciso discernir entre su actividad político militar en la Guerra incivil y su postura de ayuda a Viveiro, “na longa noite de pedra”.

5ª En la carta a mi amigo -abarcan cualquier ideología- trato de hablar de la personas, de los errores de ellos y los míos, de que hay ya que restañar heridas y olvidarnos de un episodio que algunos, cada vez más, tratan de resucitar. A mí me gusta la paz, lucho por ella y, aunque no olvido, perdono. Mi padre me enseñó a rezar por los enemigos. Algunos hemos tenido mucha suerte.

No creo que sea muy importante o significativo el hecho de cambiar el nombre. Repito por mi pueden hacerlo, pero también hay que ser agradecido en la parte que toca y recordar lo quesignificaron aquellas viviendas en su tiempo. Tampoco deben olvidarlo aquellos a los que dio trabajo.

Por último, creo haber dejado clara mi postura porque no quiero malas interpretaciones ni uso sesgado de mi pensamiento. Como decía en mi artículo, cada cual tiene su historia.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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