
La falta de preparación, el ansia de ejercitar el despotismo y el reino de las ocurrencias ha llevado al Ayuntamiento de Madrid a poner calles en sentido único durante las Navidades.
La calle más comercial de España Preciados se podrá recorrer solo en sentido Sol Callao, mientras Carmen servirá solo para quienes desde Callao deseen ir a Sol. Esta disparatada decisión, que proponen para evitar avalanchas ha levantado las protestas de los comerciantes y el estupor entre los madrileños.
A mi me preocupa que Carmena y sus okupas sean liberticidas y muestren su cariz autoritario en cuanto pueden bordear las leyes, que custodian Soraya y sus abogados del estado, en esto caso vulneran las normas, no escritas pero poderosas del sentido común. Quieren organizar el guirigay, están contra el consumismo, estos anticapitalistas bien situados y todo lo que sea obstaculizar la vida normal del personal les pirra, les lleva al delirio.
Su visión del mundo de un ecologismo urbano montaraz, les impide comprender las ansias de quienes buscan trabajo en Navidad y de los que desean comprar regalos, que mueven la economía.
El cierre o reducción del tráfico de la Gran Vía pasando de 50.000 vehículos a 5.000, de donde sacaran estos datos, amenaza con desatar un gigantesco atasco en los aledaños de la Plaza de España. Esta gente con las bicis en las mentes sueñan con ciudades inexistentes, donde sólo ellos y todos sus enchufados y distinguidos familiares se pasearian felices y contentos en sus triciclos y velocípedos.
Estas ocurrencias de Carmena sacan de quicio a todo quisque o nos divierten cuando no nos pisan el juanete de turno. Estamos en manos de aficionados, que experimentan para chinchar, mejor sería emplear una palabra más ruda, a los indefensos ciudadanos. Esta iniciativa descabellada nos fastidiara a todos, ante la felicidad de la ocurrente Carmena.
Los planes de mejora del aire no se harán esperar, es un asunto de importancia contra la contaminación y se tratará sin duda de molestar al máximo a madrileños y visitantes. La consigna de estos ediles es molestemos a los ciudadanos lo más posible y fustiguemos las costumbres burguesas, instalemos los soviets en Madrid, con simpáticos Comités de barrio, para "dinamizar" los barrios.
Ocho millones se han destinado para estas simpáticas tareas de hacer la vida imposible a los ciudadanos. Empezando por las calles en sentido único para los peatones, de fomentar el trabajo o la vivienda, ni una palabra. Creatividad para el disparate, esto es lo que hay me dice mi buen amigo Octavio, el oráculo de Avilés.
Joaquin Antuña
joaquinant@hotmail.com