Mi buena amiga Pilar Barroso me invita a compartir con GD la experiencia en favor de la infancia abandonada, que realiza su Colegio Caude este 20 de noviembre. Me remite un artículo del ABC de la periodista Carlota Forminaya, que ilustra esta iniciativa en favor de los 13.500 niños españoles sin hogar.
Creo que es un acto estupendo y felicito a los tres colegios que celebran este entrañable acto, el Menéndez Pelayo de Madrid, el San Vicente Pau de Zaragoza y el Caude de Majadahonda, que dirige con mano de hierro en guante de seda Pilar Barroso, y que se proponen convertir estos actos piloto del Día Nacional del pijama, en una manifestación masiva de apoyo a esta infancia en riesgo.
El lector perspicaz se preguntará en que consiste este Día del pijama, que promueve ASEAF, la Asociación Estatal de Familias de Acogida, que estarán presentes en las tres jornadas, que yo bautizaria como de amor a la infancia, que fomenta la acogida familiar de niños tutelados, porque todos los niños tienen derecho a recibir el calor de una familia.
Dicho esto y que la elección de la fecha obedece a una iniciativa europea, pasamos a enterarnos en que consiste y porque en pijama. Muy sencillo el pijama simboliza un momento de gran intimidad familiar y como explica María de Arauz, Vicepresidente de ASEAF "la cena entre todos, el cuento de por la noche, la seguridad de vivir con unos padres y hermanos y, en definitiva, sentirse queridos".
Por esta razón y así vestidos los niños de preescolar se reunirán a las nueve y media, escucharan que son la familias de acogida, se les contará un cuento y jugarán y compartirán una comida. Estos actos apadrinados por la Dirección general de la Familia y el Menor de la Comunidad de Madrid y por ASEAF servirán de prólogo al III Congreso de Interés Superior del Niño que se realiza del 28 al 30 de noviembre, tanto Alberto San Juan, director general, como Maria de Arauz de ASEAF, estaran en el Caude y después en el Congreso.
Todo este entramado oficial y de la sociedad civil debe servir para agilizar las acogidas, con vistas a un retorno a las familias biológicas o a una rápida adopcion. Nuestro país, nuestra estupenda España es un país excesivamente garantista, que envuelve en múltiples remoras burocráticas a tantos niños que necesitan el calor de la familia.
Vivimos en una sociedad muy compasiva con las mascotas y contraria a la violencia contra los animales, pero que a menudo olvida a sus niños desamparados y los confina en instituciones frías y grises.
Nuestros políticos harian bien de olvidarse de sus corruptelas y mezquinas luchas de poder y volver sus ojos a la protección de la infancia y de la familia. Es verdad que se encuentran ellos también atrapados por reglamentos y burocracias sin piedad, pero para eso se les paga.
Por último significar que dar un significado diferente al 20 de noviembre poblandolo de niños en pijama, de cuentos y de abrazos es una buena manera de blanquear nuestra historia colectiva.
Joaquin Antuña
joaquinant@hotmail.com
