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Las rusas están de luto

viernes, 17 de noviembre de 2017
Al actual pesimismo que se detecta en Italia, que ha llevado a la desconfianza en los políticos y al auge de los populismos, se suma ahora una catástrofe deportiva. La poderosa squadra azzurra cuatro veces campeona del mundo ‎y omnipresente en los mundiales de fútbol desde 1958 ha sido eliminada por los fornidos y altísimos suecos. Una verdadera humillación nacional. El fútbol es el deporte rey de Italia. En 1993 el año en que se derrumba el bipartidismo Democracia Cristiana y Partido Comunista, ahogado por tangentopoli, la corrupción generalizada, Silvio Berlusconi, el magnate de la televisión, lanza Forza Italia, un partido que recoge el calor de los estadios, a imagen y semejanza de los equipos de fútbol, representados por la Nacional, de ahí el grito mantra palabra de orden Forza Italia. Pues bien el trece de noviembre, después de cantar el himno de Mamelli, el Fratelli d'Italia, con un ardor y una emoción incontenibles, su nacional se estrella contra el frontón sueco y son incapaces de marcar un gol. Un desastre. Lágrimas en los ojos de Las rusas están de lutoespectadores y jugadores, su capitán Gianluigi Buffon se deshace en sollozos, Italia entera es un mar de lágrimas. Exageración, en absoluto, es una incruenta tragedia nacional, que tiene sus repercusión en otros campos, empezando por la devaluación de sus jugadores y de la Marca Italia. El mundial de Rusia se juega en junio 2018 y se calcula que más de 60000 italianos iban a desplazarse a seguir el campeonato, animando con su alegría mediterránea a Rusia y sin duda sembrando amor, mucho amor, entre las guapas rusas. Un descalabro también para las gélidas y ardientes damas y damiselas de piel de porcelana y ojos turquesa, que les gustan los requiebros latinos, en contraste con la rudeza de sus maridos y pretendientes, con el sempiterno vaso de vodka en la mano y su sentimentalidad ramplona a flor de piel. Los italianos maestros en la elegancia en el vestir, lo son en el arte descarado y refinado de la galantería. El junio caliente de las bellas rusas se ha esfumado y con ello multitud de historias, que hacen soñar a los pueblos y se mezclan en ese subconsciente del hombre de las cavernas que se esconde en los recovecos del alma masculina y en el temblor de la especie. Todo se desvanece por un asunto de simples pelotas. Las gestas heroicas imaginarias del colectivo italiano que se reflejan en sus rostros cuando entonan el himno nacional se esfuman. Todo se derrumba y el pesimismo, ese mal obscuro que atenaza en estos últimos tiempos a los italianos se acrecienta y paralelamente los delirios de las amazonas rusas que esperaban como agua de junio la invasión de los valientes machos itálicos, uno de los últimos reductos de una virilidad europea en regresión, se aniquilan y unos y otras vuelven a sus vidas grises, con gesto serio. Así se escribe amigos lucenses esta pequeña tragicomedia, en que los los espectadores de excepción son las italianas y los rusos, siempre al balcón, a verlas venir, hasta luego Lucas.

Joaquín Antuña
joaquinant@hotmail.com
Antuña, Joaquín
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