Me levanté pensando en Giordano Bruno
martes, 14 de noviembre de 2017
Queridos amigos:
Les hago llegar algo tan bello como trágico. Mi padre -cuando era un niño, cuando era Carloncho- me hablaba de la Santa Inquisición y de Giordano Bruno, el Nolano. Entre otros temas, por supuesto. Me fue abriendo la cabeza contra la imbecilidad, el dogmatismo, la injusticia social, la demagogia, el pensamiento autoritario, la dignidad, el soborno del cielo, la doble moral, las tinieblas, el poder del Estado. Y, paralelamente, me hablaba de los grandes autores, de belleza, de poesía, de la creatividad del hombre y su pensamiento científico, de la naturaleza, de las luchas sociales, de la educación por el arte.
Abrazos copérnicanos,
Carlos Penelas
"Existe un Universo infinito, con muchos infinitos, en el que las estrellas, fijas, no lo están en absoluto. Hay innumerables soles, con un sin número de tierras que giran alrededor de dichos soles. Estos planetas, no son visibles porque las estrellas se hallan a enormes distancias de nosotros y debe haber, en nuestro sistema solar, otros planetas no visibles. Debe haber un infinito número de seres, moralmente imperfectos y otros más perfectos, habitando la infinitud de mundos".
En uno de sus libros llamado El Fastidio, Giordano hace comentarios sobre su permanencia, como novicio, en un convento de monjes dominicos. En Nápoles, donde escribe una estremecedora acusación contra la Iglesia, dice: Usted verá, arrebatos de carteristas, ardides de tramposos y empresas de granujas, en una entremezclada confusión, también deliciosa repulsión, dulces amargos, decisiones absurdas, fe confundida y esperanzas lisiadas, caridades de tacaños, jueces nobles y serios, para con los asuntos de otros hombres, con poca verdad en los propios, mujeres viriles, hombres afeminados y voces de astucia, no de misericordia, de modo que el que más cree, es más engañado y por todas partes, el amor al oro. La Santa Verdad, no debe ser avasallada, por la Santa Ignorancia.
Penelas, Carlos