
Andaba Dios con sus más y sus menos muy aburrido un domingo por la mañana, cuando tuvo una feliz idea: Voy a crear al hombre a mi imagen y semejanza. Dicho y hecho. En seis días Dios armó la de dios y Eva le hizo pecar a Adán con una manzana y un monte de Venus de arenas movedizas.
Desde arriba, Dios, aunque es inmortal, se moría de risa con el tinglado montado. El Hombre resultó ser más bestia parda y más caníbal de lo esperado. Hasta tal punto que Dios se dijo:
Merezco que yo mismo me mande al Infierno por cafre.
Pero aun así, Dios es grande.
Tan grande que una noche, pasado de copas, perdió el mando a distancia y se acabó lo que se daba. Un asteroide suelto, los Polos que se deshielan, el camorrista de Bush, el putón de Putin, misiles nucleares, fiesta en el aire, fiesta en Irak, verbena en Afganistán, resucita Marilyn Monroe, el Papa se convierte al Islam y de España nunca más se supo, gracias a Dios.
¡La Virgen!