El Divino Pedro cambia rumbo

No ha pasado desapercibido el cambio de rumbo de Pedro Sánchez en la crisis catalana.‎ Su apoyo al gobierno en la aplicación del artículo 155 de la Constitución y su claro distanciamiento de los populistas de Podemos ha recuperado la E, del PSOE, subiéndose a la ola del patriotismo español y dejando de lado su aparente ambición de superar al radicalismo por la extrema izquierda abrazando el derecho a decidir y la superiodad de la gente, del pueblo que está por encima de la ley y de la Constitución. Un partido internacionalista como el PSOE había perdido su identidad al apoyar a los nacionalistas y a los populistas en su pretensión de superar el marco legal y fomentar un clima prerevolucionario. La reacción de la mayoría de la sociedad española ante la pretensión de los independentistas catalanes de romper España hizo reaccionar al líder de Pozuelo, que se alineó con Susana la lideresa de Triana, en su defensa sin paliativos de la unidad nacional. Su confusa propuesta de un país plurinacional Sánchez la ha metido al menos momentáneamente en el baúl de la Piquer y se ha sumado al bloque constitucional del PP y de Ciudadanos. Es un giro copernicano. Su legítima aspiración de llegar a La Moncloa y efectuar el relevo de Rajoy lo puede conseguir rompiendo su alianza con Podemos y haciendo un claro guiño a Ciudadanos. La actuación de Iglesias, Montero, Monedero y otros líderes de este conglomerado asambleario ha indignado a muchos de sus votantes, que pueden confluir en el Partido Socialista y adelgazar a este singular movimiento de la protesta que puede reducirse al clásico 10 por ciento de los extremismos de derecha y de izquierda. Esta fuga de podemitas puede contribuir a que el PSOE tenga más votos que el PP en unas próximas elecciones. Son hipótesis, que sin duda están rondando al Divino Pedro y a su buen equipo asesor. Conquistar el centro izquierda y aliarse con el centro derecha no corrupto. Para hacer creíble este cambio que podría llevar a Sánchez a La Moncloa el PSOE tendría que romper con Podemos y los nacionalistas. Un gran gesto indispensable sería poner punto final al disparatado gobierno del Ayuntamiento de Madrid y enviar a Carmena, una jueza que no ha apoyado a la Constitución y ha alentado al separatismo, a su casa con sus ocurrencias, sus okupas y sus bicicletas. Este vergonzoso Ayuntamiento con sus propuestas absurdas, su adoctrinamiento anarquista, su anticlericalismo, su sexismo exasperado tiene que concluir y Sánchez debería apoyar a Begoña Villacis de Ciudadanos como nueva alcaldesa, para mostrar claramente este nuevo rumbo, que está reconciliado a los socialistas con su antiguo electorado de Gonzalez y Zapatero. Este giro a nivel nacional separaría a su partido de muchísimas alianzas contra natura, que han contribuido al desprestigio y a la confusión. Recobrar la razón como ocurrió a Don Quijote no haría perder fuerza a la utopia,sino que contribuiría a hacerla realidad.

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