
Felipe VI ha roto un silencio que nos pesaba a la mayoría de españoles en un momento gravísimo. Como su padre Juan Carlos I ha abrazado la Constitución y el imperio de la ley. Ha apelado a la democracia y al deseo de millones de españoles de vivir en paz y libertad. Ha sido muy duro con los dirigentes de la Generalitat, que ha recordado son la Representación del Estado en Cataluña. Don Felipe fue muy conciso abandonando un estilo muy encorsetado y retórico de otros mensajes de su padre y suyo. Me ha recordado los mensajes del General De Gaulle, que eran muy breves e incisivos, claros, diáfanos, sin ambigüedades. Ha sido un llamamiento al patriotismo sereno de entendimiento que debe reinar entre los españoles y ha recordado con palabras firmes, pero muy cariñosos a los catalanes, que no se sienten representados por los independentistas. Ha elogiado a Cataluña, por su pasado y su participación en la mejora de la situación económica. Ha sido categórico con la obligación del gobierno y de las instituciones en restablecer un clima de convivencia. Quien haya leído algunas de mis crónicas saben que soy crítico con el bajo perfil que adopta y la falta de carisma a diferencia de su Augusto padre, pero esta noche al escuchar su mensaje rectifico y creo que los españoles tenemos en Felipe VI un Rey demócrata garante de nuestras libertades, que han sufrido muchos vaivenes en nuestra historia y que nos impiden poder participar a título pleno en la gobernanza de Europa y desempeñar el papel que nos corresponde en las instituciones internacionales y en las Naciones Unidos. El Rey nos ha hecho un llamamiento a la concordia, con especial atención a los catalanes. Estimo que la ciudadanía tenemos que apoyar este mensaje y ponerlo en práctica. Frente al fanatismo firmeza. Frente a la violación de las leyes, su observancia, pero siendo conscientes que dentro de nuestro marco constitucional se pueden hacer modificaciones y cambios o adaptación al paso de los tiempos, pero abrazando como ha hecho el Rey la legalidad democrática. Gracias Majestad.