La patraña

‎El relato de los sucesos de Cataluña es sonrojante. Hemos vuelto a los tiempos de los atentados de ETA en que los asesinados eran culpables de los asesinatos. El domingo las fuerzas del orden fueron asediadas, hostigadas e insultadas. Quien este al tanto de como actúan las policías francesas, americanas, turcas o de los mismos mossos catalanes saben que emplean métodos más violentos que los usados por la policía y la guardia civil. El gobierno de Rajoy dejo el poder de la imagen en poder de las Televisiones catalanas, que de buenos gobbelianos hicieron muy bien su labor. El número de heridos toda una exageración. Primero eran 200, luego 400 y luego más de 800, sin que nadie sugerirá una visita a las urgencias de los hospitales. Por su parte el Ministerio del Interior, a toro muy pasado, elevó de 12 a 400 sus contusionados. Este baile de cifras ya no interesa a la opinión publica controlada por los gobbelianos y los profesionales del victimismo, como las lágrimas de cocodrilo del inefable Piqué. Esta monumental patraña sirve para cubrir y justificar a unos golpistas, que organizan un referéndum ilegal, violando no sólo la legalidad española, sino su propio Estatuto de autonomía y lo más asombroso es que todos estos brillantes juristas de nuestro gobierno son incapaces de denunciar a Puigdemont, Junqueras y Forcadell de sedición y de rebelión. Hay testimonios de sobra de verlos como la Forcadell arengando a las masas micrófono en mano. Gozan de impunidad y cuando se produce una concentración en la Calle Layetana delante de la Policía Nacional, los Mossos no la disuelven, sino que dan la impresión de proteger a los revolucionarios. Todo vale. Se trata de una revolución y nuestro gobierno parece no enterarse. Dos Sánchez, Jordi y Pedro están segando la hierba debajo de los pies de Rajoy. Uno para conseguir un referéndum pactado para lograr la independencia y el otro para instalarse en La Moncloa con un gobierno Frankestein. El tiempo corre muy deprisa y esta en juego la unidad de España. Rajoy debería salir de su letargo invocar el artículo 155 de nuestra Constitución, desactivar esta autonomia y convocar elecciones generales haciendo un llamamiento al pueblo español ahora que se ha despertado el patriotismo español. La política y el toreo no están hechos para cobardes. Los responsables de la patraña deben enfrentarse a sus responsabilidades. Quema el tiempo. Acción urgente u otra Generación del 98 para llorar nuestras miserias.