Domingo surrealista

Si surrealismo es dejar funcionar al subconsciente sin el control de la razón, es la mejor forma de titular lo sucedido en Cataluña y con Cataluña.

Tal como habíamos previsto, muchos ciudadanos catalanes, por los más diversos motivos, estaban empeñados en votar. Me recordaba un slogan de HB: "castígales con tu voto". Y así ha sido. Como una cita con la épica que contarán y trasladarán a su historia; esa misma que confunde sucesión con secesión, o condado del reino de Aragón con Reino de los Países Catalanes. Se han empecinado en ponerse al Estado de Derecho -a estilo España cañí- por montera. Han cerrado filas sin mirar quienes estaban a cada lado, detrás empujando y delante en forma de precipicio o mejor aquel mar Rojo que su particular Moisés les abrirá para alcanzar la tierra prometida.

Algunos han sido protagonistas del evento. Como nos imaginábamos, el equipo vanguardia mandado por Puigdemont, con la inestimable colaboración de esa sociedad civil que dicen representar Ómnium y ANC. Pero, haciendo papel de ariete que portaban los chicos de la CUP, auténticos tácticos del proceso.

Incluso debo reconocer que le han echado imaginación para disponer herramientas que permitieran la foto de unos, emocionados votantes, y otros excitados pastores del rebaño.

Lo que más me cabrea es la farsa de esos: "valerosos, marciales y educados" Mossos. No tuvieron agallas para decir lo que nos imaginábamos iban a practicar. Contemplar complacientes el proceso de las votaciones, limitándose a levantar acta para la federación de bitlles -bolos catalanes-. En algún momento estuvieron a punto de ganarse unas manos de oblatas por mediar en favor de los "revoltosos" y contra el Benemérito Instituto. ¡Lástima!. No deja de ser un honor que un Guardia Civil que cobra la tercera parte que un Mosso, le parta la cara al policía catalán, si, me refiero a ese mismo cuerpo que, de vez en cuando, necesita una docena de agentes para matar a golpes a un ciudadano pelín levantisco.

¿Y ahora qué?. Hasta los más ingenuos con barba e infatigables caminatas matutinas, saben que toca la declaración para la República Catalana. ¡Es de recibo!. Una país como Cataluña no puede estar sin leyes. Y hay que recordar como las que operaban en tal Comunidad han sido derogadas, desobedecidas y denigradas, junto con las Instituciones encargadas de su observancia. En Cataluña siguen respetando al Abad de Montserrat, pero no al Tribunal Constitucional y otras Instituciones de España. ¿Saben cuál es la razón?. Pues que no son España...Tienen su propio código sobre democracia, derechos y libertades.

¿Y qué hará el Gobierno de todos los españoles?. ¡Pues no lo sé!. Sobre todo después de la intervención televisiva de un tal Rajoy. Algunos son partidarios de aplicar con efectos retroactivos el artículo 155 de la Constitución Española. Otros son partidarios de negociar. Y al llegar aquí, no me imagino a Roma, cuando tenía cercado al pueblo Celta en el Monte Medulio, parando el proceso y sentándose a beber vino de la Ribera Sacra con sus enemigos. Por el contrario, el método consistía en aplicar la pax romana.

Amén de los titulares de toda la prensa de occidente. Amén de las lágrimas de Piqué. Amén de las felicitaciones a Trapero. Amén del cabreo infinito de los españoles que estamos hartos de los privilegios para Cataluña y las tentaciones de seguir por esa vía, nos tememos que a la CUP sólo les interese llevar al pueblo elegido hasta la confrontación máxima, internacionalizando el conflicto y buscando una solución impuesta desde la UE a estilo Kosovo.

Bienaventurados los que siguen diciendo que no pasa nada, por su candidez y lealtad inquebrantable a ese gran estadista que responde al nombre de Mariano.