¿Quién manda en Cataluña?

Respondo: ¡No lo sé!. O depende en que bando esté el preguntado. Si es afecto al régimen secesionista no dudará que mandan las Instituciones Catalanas. Si es un español clandestino, mirando a los lados por si le escuchan, dirá: " debería mandar Madrid, pero...no sé qué decir".

Para los ideólogos del proceso la situación ha pasado de la ilusión a la emoción. ¡Vamos ganando!. Hemos logrado tres victorias. Que haya mucha gente dispuesta a votar. Que casi nadie discuta -en Cataluña- que somos un pueblo soberano. Que se ponga en marcha la espiral libertad-represión judicial. En tal sentido, la guinda del pastel son esos más de setecientos Alcaldes desobedientes, citados por los jueces, haciendo sonar las varas alrededor del único presidente-mandatario al que reconocen.

Es lo que tienen las situaciones contemplativas. Terminan por dejar la iniciativa en un bando, y al otro sólo le queda ir a remolque. Pero el "mambo" es: percusión, bajo, viento y teclado. Este mambo comenzó con "España nos roba". Siguió con "nosotros tenemos derecho a decidir" para eso estaba el Parlamento como Templo con la suma sacerdotisa Forcadell. Tercera fase, "la democracia es votar". Final con todos los instrumentos y bajo la dirección de la CUP, "la independencia se conquista desde las urnas, en las calles, frente al Estado, en una gesta imparable".

¿Cuál es la fase de esta semana, última del varano 2017?. En Cataluña operan dos legalidades. En Cataluña dan órdenes dos autoridades. En la sociedad catalana se discute en qué consiste la democracia. En la Comunidad Autónoma de Cataluña, ¿Siguen vigentes la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía?. ¿O por el contrario el Parlamento de Barcelona ha desconectado las leyes del Estado y sólo se aplican las que emanan del Parlamento Catalán?.

En medio. Los dictámenes del Tribunal Constitucional. Las advertencias y actuaciones de la Fiscalía. La intervención de una parte muy importante de las cuentas públicas. Las amenazas y los listeros que -supongo también- se han pasado la ley de protección de datos por el arco del triunfo.

Me ha gustado el final del artículo editorial del País -domingo 17 septiembre 2017-. "Tal vez no debería haberse permitido el empate entre legalidades". "No debe consentirse que la situación se consolide". Y mejor y más claro el título: "El choque entre orden constitucional y el rupturista debe concluir de inmediato".

Y ahora viene la hora de mojarse. ¡Qué hacer!. O se pacta una salida en el tiempo. Es decir, se convence a quién manda en el proceso que con plazos concretos se modifica la Ley para permitir una consulta vinculante en marco legal a la escocesa. Se interviene en Cataluña dejando fuera de juego a todos los que han optado por la desobediencia y secesión, pero de inmediato, no se puede llegar así hasta el primero de octubre. Lo malo es que a estas alturas hay demasiada gente comprometida y es complicado saber quien manda y quien es el mandado. Y, los efectos que tendría sobre el resto de España.

Lo que tengo claro es que este proceso se va a llevar por delante a una importante generación de políticos, cuestión a la que veo jugando a Pedro Sánchez, que tras su regreso, ahora tiene mejor que antes deshacerse de Rajoy.

Mientras se resuelve el galimatías, los ciudadanos catalanes viven en la más absoluta, incómoda y peligrosa de las incertidumbres, entre la legalidad fantasmagórica y la legalidad cuestionada como no aplicable. Por cierto, me ha venido a la mente lo que aprendí en La Formalidad Alavesa.

A las normas del Estado se les aplica el "pase Foral" de tal suerte que "se obedece pero no se cumple".