Otro 23F

Este día 6 de octubre es otro 23F en la historia política de España. Aquí no ha habido tricornios airados esperando al elefante, ni un Tejero violento conminando a los diputados "Al suelo coño", el golpe de estado, la sedición la ha dirigido una Carmen catalana secundada por diputados enfebrecidas y unos radicales puño en alto. Los letrados y los Servicios de garantías estatutarias han advertid‎o de la ilegalidad de aprobar una ley inconstitucional y se han negado a colaborar, la oposición constitucionalista en bloque PP, PSE y Ciudadanos han desertado el hemiciclo y la izquierda afín a Podemos se han abstenido en la votación final rubricada con grandes aplausos y el himno Els Segador cantado a capela todo en el mejor estilo totalitario y fascista de exaltación de los valores patrios. La Vicepresidenta Soraya habla de bochorno y abre la caja de los truenos en respuesta del gobierno. En Cataluña se intenta por cuarta vez proclamar la independencia, el Estat Catalá, esta vez utilizando tretas seudo democráticas, invocando un derecho a decidir, que sólo se aplica para las colonias y territorios sometidos a tutela. Un verdadero despropósito. Se pretende una independencia financiada por el resto de españoles, que pasivamente deberían aceptar un referéndum, no previsto ni en su Estatuto de Autonomía, ni en la Constitución española. A lo que se piensa añadir una ley de transidiaridad, que facilita la independencia expres, el sueño xenofobo de unos políticos dispuestos a todo, que se han inventado una historia falsa, han explotado un victimismo impresentable, han impuesto una lengua en detrimento de la oficial de España y utlizado el deporte, su Barça del alma, para su Piazza Venezia, su Unter den Linden o más castizamente su Plaza de Oriente. Incluso se han servido de los atentados terroristas y sus víctimas para repudiar al Rey y al Gobierno, con sus abucheos y consignas totalitarias. No han dudado en cruzar el Rubicon y enfrentarrse abiertamente al orden democrático. Otro 23F. Ahora se plantean desobedecer a la suspensión de esta ley ilegítima por el Constitucional, mientras algunos autobuses municipales circulan con la publicidad del SI a la independencia y los anarquistas reconvertidos al nacionalismo se refocilan en la Cataluña eterna con aires del más rancio patrioterismo. Una respuesta adecuada sería proclamar un estado de emergencia como hizo Zapatero ante la huelga de los controladores y prohibir todo tipo de manifestaciones en virtud de la ley de Seguridad Nacional y forzar a los dirigentes sediciosos a cumplir las leye y obecer las ‎Resoluciones del Constitucional. Esta en juego la unidad de España y siglos de convivencia. Nos asomamos al precipicio. Es necesario reaccionar.