Ada Colau se sacó de la manga una manifestación con un toque populista, para honrar a los mossos y otros colectivos como sanitarios, servicios de emergencia, protección civil y bomberos protagonistas del día del terror relegando al Rey y máximas autoridades del Estado y de la Generalitat a un segundo lugar, al estilo del orgullo de Carmena. La protesta de la CUP por la presencia del Rey y de Rajoy contribuyó a esta decisión. Barrió para casa al socaire de los independentistas. Tarde de duelo, de repulsa del terror. En el Paseo de Gracia. Se aplaude la aparición de los musulmanes con sus pancartas y suena el tañido de las campanas.
Se reparen 60.000 rosas con el tricolor de la ciudad de Barcelona. Se grita 'no tinc por', no tengo miedo. Se pita a Rajoy y flamean algunas esteladas. Los fanáticos rinden tributo a su modo a los terroristas, a su intolerancia. Se grita también 'fora, fora', es una manifestación trampa. El lema podría ser "somos fanaticos". El Rey inmutable. De las víctimas no se ocupa nadie. Los buitres se regodean. Centenares de banderas indepentistas. No hay unidad política. Puigdemont esta feliz con su procès. Los mossos glorificados. No hay conmoción ni internacionalismo, agria polémica hispánica. Quienes se manifestan contra el terrorismo guardan silencio, los fanáticos tienen mayor visibilidad. Ni el terror frena a quienes desean desgarrar España. Los solidarios con las víctimas cantan el lema No tenemos miedo, 'no tinc por'. Otros en sus pancartas culpan al rey Felipe y al gobierno por el atentado terrorista, por su amistad con los potentados árabes de Arabia Saudí. A Mariano se le reprocha la venta de armas. Todo preparado. Una trampa perfecta. Se aprovecha la presencia de muchos medios de comunicación. Las esteladas detrás del Rey y la bronca inmediatamente detrás. Los organizadores se cruzan de brazos. Menos mal que la comunidad de San Egidio siembra cordura con el sus globos azules y sus invocaciones a la paz y la libertad. La manifestación tiene un bloque minoritario formado por los amigos de la CUP, con sus gritos, mientras el grueso de la mani está imbuidopor el 'no tinc por'. Visto en su conjunto salvo los agitadores, los agit-pro, el resto no se suma a esta trampa urdida por los independentistas. Se magnífica a la gente,los buenos para los podemitas y sus primos. En la Plaza de Cataluña no se pita a Felipe VI, ha sido más rápido de lo previsto el recorrido. Ahora aparece el dolor. Se impone un clima de cordura. La actriz Rosa Maria Sarda y la activista musulmana Míriam Hativi leen sus manifiestos ambas alternando el catalán y el español. Glosan porque no hay que tener miedo. Se cita a Lorca y a Segarra leyendo sus evocadores textos sobre La Rambla de Barcelona. Suena el cant des occells de Pau Casals, un canto a la libertad y a la paz y se oye un 'NO TINC POR' global, la mayoría rinde tributo a una ciudad que no tiene miedo. Una minoría ha venido a atizar el odio, la xenofobia, los demás se tomaron en serio esta manifestación contra el terrorismo y destacó la repulsa unánime de los musulmanes.Un mar de gente. No tinc por. Silencio y tranquilidad. La mejor respuesta es la paz. Los activistas se empequeñecen y se reconoce el sacrificio de las víctimas. La poesía y la música resuenan en esta plaza de Cataluña que ha vivido sus días tragicos. Un ensordecedor 'No tinc Por' concluye esta jornada histórica, sin que los violentos no pierdan la oportunidad de abroncar a las autoridades. El Rey estupendo en su compostura reparte saludos, mientras mucha gente sigue llegando a esta simbólica Plaza. Trampa y Duelo en Barcelona.
