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Islamofobia, xenofobia y racismo

miércoles, 23 de agosto de 2017
Basta ya de equiparar islamofobia, xenofobia y racismo. Un islamófobo, como un cristianófobo o un hindunófobo no tiene por qué ser xenófobo ni racista.

Posiblemente el español más insultado durante décadas por los ideólogos progresistas, incluidos algunos influyentes diarios, fue al antiguo arzobispo de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela, que además había presidido durante doce años la Conferencia Episcopal Española.

Sufrió mayores humillaciones que las dedicadas al islamismo por el semanario satírico francés Charlie Hebdo, donde los yihadistas asesinaron en 2015 a doce articulistas y dibujantes al grito de “Alá es grande”.

Rouco era víctima de la católicofobia o cristianofobia, del rechazo a su conducta, creencias y doctrina; de mejor o peor gusto, pero legítimo por libre y democrático.

Pero, ¿sufría Rouco xenofobia y racismo, como dicen muchos políticos de las democracias europeas y los mahometanos cuando se rebaten las doctrinas del islam o se ridiculizan sus ideas?

Los mismos que insultaban al cardenal se indignan y llaman xenófobos y racistas a quienes tratan igual a los musulmanes que recitan llenos de fe las shuras más reaccionarias o violentas de su religión.

No se les ataca razones étnicas o raciales, sino porque defienden e imponen muchas veces con violencia en áreas crecientes del mundo, incluida Europa, la ley islámica, la sharia, un rigorismo primitivo enemigo del racionalismo.

Nosotros pertenecemos a Grecia, Roma, al judeocristianismo, carácter y cultura construidos durante muchos siglos, frecuentemente, frente al islam político y guerrero y al cristianismo impuesto hasta que la Ilustración nos llevó al racionalismo. Somos racionales, no irracionales seguidores ciegos de un libro medieval y supersticioso elaborado por guerreros brutales en un desierto.

Tras la islamofobia se amparan también racistas y xenófobos, es cierto. Pero no deberían ser mayoría, sino minoría frente a los racionalistas, que debemos ser los demás.

Todo racionalista de izquierda, derecha o centro que tiene derecho a vilipendiar las doctrinas de Rouco, de un protestante, de un rabino, o de un santón hindú, también lo tiene de atacar al islam, que a su pesar crea buenas personas, pero que anima a un porcentaje demasiado elevado de sus creyentes a ser sanguinarios asesinos, los yihadistas, lo que no ocurre con las otras religiones.

Xenofobia es “Odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros”, y racismo “Exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro u otros”: definiciones del DRAE.

Debe quedar claro que la islamofobia como la cristianofobia no es mayoritariamente ultraderechista porque solamente rechaza creencias, ideas y las conductas inducidas, y no a los cristianos o a los musulmanes por sus muchas razas u origen geográfico.

Tenemos derecho a manifestar nuestra fobia hacia las ideas y las creencias, las que sean, y nuestra obligación es defender ese derecho.

Nota.- Esta crónica, ya fue publicada aquí y se reproduce por su interés, tan actual.
Molares do Val, Manuel
Molares do Val, Manuel


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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