La victoria de Macri

La victoria de Macri o la derrota del peronismo. Os confieso amigos lectores mi aversión, mi asco incluso que me ha suscitado siempre el peronismo, ese fascismo vergonzante que ha representado un cáncer para la Argentina. Por ello la irrupción de Macri ha sido un hecho muy importante. Este empresario ‎de éxito, que se afirmó en Buenos Aires, donde incluso fue presidente del Boca junior, el mítico equipo del barrio más turístico de la capital de Argentina. En España Macri no ha tenido el impacto que se merece. Vargas Llosas, el abducido por el amor del Hola, Premio Nobel escribió en su día un artículo muy elogioso, significando que Macri y su bella esposa, tratan de desmontar todo el tinglado sindical en el que se apoyaba, el justicialismo, esa doctrina burda que mezcla con groseros brochazos la doctrina social de la Iglesia de León XIII con el fascismo italiano de Benito Mussolini fomentando el mito de la redención de los descamisados, por cierto mi corrector de pruebas de mi Blackberry con la que escribo estas cronicas, ha escrito "descansados", misterios de la tecnología. Elevando a la santidad a Evita Peron, cuya efigie puede verse muy cerca del Obelisco, centro neuralgico bonaerense. Macri intenta convertir a su país en un país de oportunidades, fomentando la seguridad jurídica y la inversión extranjera, suavizando el rabioso nacionalismo del pais, basando la economía en la creatividad y el esfuerzo. Estuve en Buenos Aires el pasado marzo por motivos profesionales de mi Fundación. Me alojé en Lavalle y viví unos dias el ambiente de Corrientes, plagada de gallegos y de tanos, que mantienen fuertes lazos con sus madres patrias y en la Plaza de Mayo vi los mensajes catastróficas de los peronistas, que tanto recuerdan a los podemitas, con sus desahuciados, sus estafados, sus víctimas del sistema, de la casta que les despoja de todo incluida su dignidad. Todo retorica. Se pedía por ejemplo hacer una colecta para los pobres, pero ni aqui, ni allí una sola propuesta para salir de la situación que pintan con tan negros colores, solo darles en la cabeza a los odiados ricos. Asi realmente y practicando un nepotismo descarado no se va a ninguna parte. No ayudan a Macri los discursos y gestos de su compatriota el Papa Bergoglio, que siguen las hormas peronistas, con velada repugnancia hacia magnates y liberales, repartir la capa con los pobres debe ser compatible con la creación de puestos de trabajo y lograr prosperidad para todos. Por cierto no ha visitado todavía ni Argentina, ni España y se ostina en hablar siempre en italiano. España tiene muchos intereses económicos en Argentina y todavía no se han cerrado las heridas de la expropiación patriotera de Repsol, por lo que Macri es el aliado natural del mundo de los negocios, pero debe esforzarse en demostrar que nuestras empresas crean riqueza para los argentinos. Buenos Aires sigue siendo la ciudad del tango y la capital mundial del fútbol con un Messi amado y odiado a partes iguales, esto mismo le pasa a Macri que va abriéndose paso con el simbólico machete de sus políticas liberales en la tupida selva del peronismo, por de pronto su política exterior ha cambiado y dado un portazo a los bolivarianos del continente y sepultado un indigenismo que en Argentina, tierra de emigrantes europeos no tiene razón de ser. Si el 22 de octubre Macri vuelve a imponerse, las campanas estarán sonando a muerto para Cristina Kirchner y sus secuaces.