El Centro Niemeyer de Avilés, donde se muestra una preciosa exposición del fotógrafo finlandes americano Arno Rafael Minkkinen que utiliza el cuerpo humano para retratar la naturaleza y el entorno urbano, en su estupendo Auditorio, se estrenó El Florido Pensil, obra basada en el libro del mismo título del profesor de derecho de la Universidad de Granada, Andrés Sopeña, adaptada al teatro por el grupo basco Tanttaka. El título está inspirado en un verso de la letra del himno de España de José María Pemán que, refiriéndose a España dice "fuiste de glorias florido pensil " aludiendo a los jardines colgantes de Babilonia. Esta obra, como se lee en Wikipedia, "consiste en una recreación del sistema educativo de la posguerra española e identificado con la ideología nacional católica del primer franquismo". La protagonizan cinco actrices vascas pata negra. Para quien haya vivido aquellos años reproduce fielmente la realidad a base de canciones patrióticas, retahílas religiosas y exaltación de una España, grandy libre. Son escenas, algunas de ellas muy cómicas de las clase de una escuela, se supone, de Bilbao. Las intérpretes hacen de estudiantes, profesoras, inspectoras, de un rancio profesor de religión y de una monja cascarrabias y autoritaria. Todos ellos con una regla en la mano castigan a las estudiantes que no repiten las consignas del régimen o no se saben al dedillo el catecismo. Toda esta obra está impregnada de sarcasmo feminista. Las chicas deben dedicarse exclusivamente a sus labores, a cazar el mejor partido posible y dedicarse a la cocina, a criar niños, a satisfacer al hombre que, como jefe de familia, viene comparado con Dios mismo y a ser hogareñas. Para el público joven e imbuido por los nuevos valores de la religión ecologista actual y que han absorbido la revolución cultural de Zapatero, la obra resultará incomprensible.
La transformación de la mujer española ha sido tan profunda que ha cambiado totalmente la sociedad. Muchos de los diálogos que se escuchan y que nos divierten podrían ser tomados muy en serio en escuelas de Sudamérica o de México ya que se defienden valores cristianos y se exalta el valor de la patria y las mujeres siguen siendo muy parecidas a las que retratan El Florido Pensil, que desean casarse y tener hijos incluso cuanto más mejor lo que no quita que sean países democráticos y que vivan en el siglo XXI.
España ha vuelto a la Segunda República en que se descosieron las costuras de un país unitario y brotaron fuertes impulsos nacionalistas. Ahora incluso estamos remedando a la Primera República Española con su cantonalismo del famoso "viva Cartagena". Es un estado de ánimo muy extendido, el denominado plurinacionalismo. La liberacion de la mujer, su protagonismo en todos los ámbitos desde la economía al deporte por un lado hace que España sea un país mucho más completo al intentarse una equiparacion al hombre erradicando al machismo y desterrando la violencia de género, lo que exige a mi juicio, implantar una Educación Sentimental para ambos sexos y afines y reforzar el mercado de trabajo con programas de empleo para todos.
En países como Túnez se ha avanzado mucho en la legislación que protege a la mujer pero,
falta a todas luces trabajo para todos y, no digamos en Egipto.
Este Florido Pensil nos divierte, nos hace reír pero, también nos hace reflexionar hacía donde vamos. Las colegialas descritas se quejaban de la prohibición del vascuence y, hoy día, a los alicantinos que siempre han hablado español se les quiere enseñar el valenciano como lengua obligatoria. Este es solo un ejemplo. Me temo que dentro de unos cuantos años se podrá hacer otra obra parecida sobre la educación de la época actual y el público asistente a estas funciones se regocijarán con el espíritu libertario que reina actualmente.
En resumen, se sale contento del teatro y, encima te hace pensar, que no es poco y además se recrea la vista y se enciende la imaginación con las fotografías de Minkkinen. El arquitecto brasileño Niemeyer proyecto este centro futurista precisamente para esto.
