Retrato de nuestro tiempo

(A Cristina y Néstor Michelena que allende los mares sueñan con nuestro querido Viveiro)

Mientras Viveiro se viste de gala para las fiestas y hasta las nubes se van de vacaciones para que la playa trabaje un poco, nuestros próceres sociales, han trocado las cámaras de televisión y el ritual de inauguraciones para visitar, eso sí, “con la conciencia tranquila”, la pasarela de Soto del Real u otras similares.

Es lo que tiene el becerro de oro, una mala leche desnatada. Porque la verdades que el dinero siempre se escapa a las Putas Islas, que antes también eran Vírgenes.Y ellos se van de rositas que son otras despampanantes mujeres, eso sí también muy golfas. Y se van porque encuentran atenuantes, sociedades pantallas y mil artimañas para reírse de unos jueces que dejaron las agallas para el pescado. Aquí lo que hay, mi querido amigo, no es Camorra, es Cosa Nostra( en versión gallega Cousa Nosa) . Que si hombre que sí, que el “fairplair” financiero es para pagar las radiales de Madrid, pagar los depósitos de gas que generaban terremotos, comprar Abertis y otras lindezas.

Mientras los “inteligentes” sindicalistas defienden el nombre de Pastor para un banco que de gallego tiene lo mismo que la ropa de Amancio Ortega. Aquí manda más un iluminado Puidemont y sus socios del Cup que la Carta Magna. Y todo gracias a las contemplaciones de unos y la apatía de otros. (Sería muy interesante un concienciado estudio de las inversiones estatales en Cataluña en los últimos cincuenta años en comparación con Galicia).

Aquí no decimos España nos roba, aquí sólo "sí, wana".” E o que non chora, non mama”.

Mientras, queridos colegas, seguimos en el País de los geriátricos, tanto da que vayas a Zamora como a Guadalajara. Viejos paseando con ropa de mercadillo, abandono absoluto del campo, mínimas industrias de subsistencia y un mogollón grande de funcionarios de distintos organismos. No entiendo de economía, pero a mí las cuentas no me salen, a no ser que la Cueva de Alí Babá de la Seguridad Social tenga un pozo que encontró Rajoy. O su niña, vaya usted a saber.

Lo que es evidente es que Rato, Bárcenas y más banda algo saben, porque por más causas que se le imputen, ellos andan en sus yates, comen en las mejores marisquerías y se cachondean de los ingenuos como nosotros.

Y ahora proliferan los nostálgicos, los que quieren hacer del Pazo de Meirás “el ara patriae” del Franquismo y los que todavía defienden a Millán Astray, aquel militar- hay nombres que lo describirían mejor- que se enfrentó a Unamuno, la lumbrera de Salamanca (aunque fuese vasco) por sólo nombrar dos ejemplos de lo que digo. Eso sí, no se lee entre nuestros colegas juntaletras, nada que hable de la inanición para buscar salidas a los problemas más acuciantes como pudiera ser el impulsar la industrialización para retener en su tierra a nuestra juventud.

No, aquí nuestros escritores juegan a hacer literatura descafeinada y a escribir historias de merlines, maruxainas, santas compañas y otras estupideces engañaniños, que es menos comprometido y reporta menos enemigos. Aquí se juega al aplauso y al postureo y no se dice nada que pueda ofender a todos esos flautistas de los partidos que tanto da como se llamen.

De su actividad política, aunque varíen las intenciones, la percepción es que es muy parecida.

Aquí el compromiso social, el defender lo nuestro exigiendo lo justo, el reclamar la atención de las autoridades para atender a las demandas de la sociedad y el trabajar al unísono por encima de ideologías, requiere personalidad y sacrificio y aquí andamos más a cultivar el ego y repartir flores. Y yo las flores las llevo al jardín de los recuerdos que es el camposanto.