Una ley incomoda

‎Las leyes hay que cumplirlas. Nos gusten o no. Sin remontarnos a Séneca y a su heroico cumplimiento de la ley. Claro esta que pueden cambiarse y para ello hay mecanismos para conseguirlo, pero mientras esten vigentes son de obligado complimiento. Me refiero a la Ley de Memoria Histórica que impulso José Luis Rodríguez Zapatero, que contradice el espíritu de la ley de amnistía y envenena el clima de concordia y reconciliación que reino en la transición. Pretende hacer justicia para los represaliados del franquismo, los fusilamientos después de juicios sumarísimos, las venganzas y los paredones, las sacas de casas y cárceles. El horror de los primeros años de victoria. Los franquistas honraron a sus "caídos por Dios y por España" mientras los vencidos terminaron en cunetas y fosas comunes, sin recibir ningún tipo de homenaje. Se solicita exhumarlos y darles digna sepultura. Hasta ahí todo esta claro. El problema surge sobre todo en los pueblos y pequeñas urbes cuando la memoria nos lleva a recordar lo que paso en la guerra civil, en que hombres y mujeres de ambos bandos se convirtieron en fieras sin piedad,despedazandose por cuestiones ideológicas y personales, un odio atroz y una venganza primitiva. Cuando a tu abuelo, a tu padre, a tu tío lo han fusilado y se sabe quienes han sido los carniceros, que a su vez fueron barbaramente liquidados, es muy duro tener que rendirles reconocimiento y alabar su saña asesina. Resucitar viejas querellas de familias enfrentadas y con las manos manchadas de sangre. Todo lo contrario de concordia y reconciliación. No se trata de olvidar. En vez de derribar las cruces se debió haber elevado un recuerdo, un homenaje a quienes defendieron la legalidad republicana. Todos tienen derecho a rendir homenaje a sus víctimas, pero ni unos ni otros pueden glorificar a los asesinos de los dos bandos. Esta zona gris teñida de sangre es la que hace muy incomoda a esta ley. El quemar iglesias y ajusticiar a los fachas no es una hazaña heroica. Como no lo es en el bando contrario fusilar a diestro y siniestro. En la transición reconocimos la monstruosidad de la guerra civil y como Manuel Azaña en La velada de Benicarlo proyectamos un futuro de perdón y de abrazo entre los antiguos encarnizados rivales. Zapatero inicio la cruzada de las mujeres contra los hombres en aras de eliminar el machismo y trato de cancelar la reconciliación entre vencedores y vencidos releyendo la República y la Guerra Civil y comparando al franquismo con el nazismo del Holocausto y de la segunda guerra mundial. Revertir cuarenta años y una transición para reinventar la historia. Tarea difícil y ciertamente incomoda. La posverdad al cuadrado. Sin embargo mientras está ley este vigente hay que cumplirla, pero no creerse que nuestro enfrentamiento fratricidio fue una contienda de ángeles contra demonios, disfrazados de azul o de rojo según nuestra ideología. Reavivar el odio y fomentar la revancha. Por favor concordia y reconciliacion!!!