Do Arquivo do Cronista
Fernández, Suso - viernes, 14 de julio de 2017
EL MAR DE FOZ (Alvaro Cunqueiro)
En el famoso libro Börh leí epitafios de vikingos en piedras rúnicas encontradas en Rusia, en Asia Menor,en Inglaterra e Irlanda
., en las Baleares
en los lugares a donde llegaron por el mar los armados señores, los latimani, depredadores de las crónicas, los normandos
y donde murieron, según los keningar, las metáforas amadas por los escaldos saciaron al águila, enrojecieron el pico del cuervo, sembraron el trigo de los lobos, que de esas tres maneras, y de muchas otras, los escaldos decían morir en las batallas. Al buitre que devoraba los cadáveres los llamaban el gallo de los muertos; o a la espada, el remo de la sangre; al guerrero el teñidor de espadas; a la sangre, la cerveza de los cuervos, y al mar,, el prado de la gaviota
Cuando los normandos salieron hacia el sur, sería por el dulce tiempo del verano. Ellos llamaban al verano, en sus cantos, el animador de las víboras. Imaginad que viene con los latimani hasta el mar de Foz un poeta. A los poetas les decían la fragua del canto. Bajan por el prado de la gaviota los lobos de lss mareas. Es decir, bajan por el mar las naves militares. Cada guerrero porta a su lanza , lalanza se llama la serpiente del escudo . Manda la flta un rey. Ellos dirán el señor de los anillos manda los lobos de las mareas.
El viento, el lobo de los cordajos, acerca la flota a la tierra, por donde un río,la tierra de las edades, desemboca. Batalla se dice,asamblea de las espadas, vuelo de las lanzas, lluvia de los escudos rojos, fiesta de los vikingos
.
En lo alto, en una montaña, viviendo el misterio von vivacidad
Gonzalo, obispo, un humilde varón, rico en oraciones, confiado hasta confiar en oraciones, confiado hasta confiar en el milagro. Un báculo de pastor en una colina, y abajo, en la barra, los estrepitosos normandos, alentando a las gentes con su cuernos, lanzando las fleecha de la ofensa (
). Pero ha bastado en el mar de Foz, para derrotar a las nave normandas un corazón humilde rezando avemarías.
Cuando Splenguer decía que, en última instancia, la civilización sería salvada por unpelotón de soldados
. olvidaba otro tipo de salvación, más concorde con una interpretación providencialista de la historia y con la idea misma de salvación. Si los textos de Historia Universal se escribieran con sentido común, con reconocimento de los humanos límites, y con la aceptación de hecho de que la historia universal,stricto sensu, es historia sagrada, la batalla de Gonzalo contra los normandos ocuparía un capítulo de los mayores.
Gonzalo orando hundió la flota. Los guerreros muertos se transformaron en lo que el poeta ecaldo dice el árbol de los cuervos, la avena de los buitres, el trigo de los lobos La sangre el sudor de la guerraempaparía la arena de las playas de Foz.
Dicen que solamente una nave quedó para llevar a Escandinavia la noticia de la derrota. La lengua el reino de la boca del que llevó la noticia no osaría darla en Noruega o Islandia
.Y vuelvo donde empecé. Los epitafios rúnicos recuerdan a vikingos muertos, aquí y allá. Dicen, por ejemplo: Tula erigió esta piedra a la memoria de su hijo Harald .partieron virilmente, fueron muy lejos y saciaron el águila en oriente. Murieron en el sur, en España
Me pregunto yo si estos 200 epitafios recogidos y leídos por Bördh no hay uno quehaga referencia a algún guerrero muerto en el mar de Foz ...¿Qué memoria queda entre escandinavos de la derrota en estas ondas nuestras?.¿Acaso ese epitafio que dice Gunnar se hundió con su nave ofendiendo la tierra, en el sur?
Ribera del mar de Foz, dichosamente salvada del latiman por un santo taumaturgo
. Celebran los galaicos la fiesta de San Lorenzo Mártir. A menos de cien metros de iglesia de Santiago de Foz, en la tarde de romería, pasa el Masma nuestro,mindoniense,callada agua hacia el mar. Hacia el mar de Fo, donde hace mil años se cumplió una de las mayores batallas de que haya memoria en la Grande y General Historia. De Foz, si mi ilustre y recordado amigo Manuel Machdo no lo hubiera dicho de Cádiz, yo diría ahora: salada claridad. Fo es señor de esa luz temblorosa que al hombre terreno sorprende siempre cuando va a la marina. El propio Dante lo dijo en un verso:
el tremolar de la marina. A Gonzalo le alegraría los ojos, en A Grela.
(Texto de A. Cunqueiro, publicado o 12 de agosto de 1958)

Fernández, Suso