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La fe compartida

viernes, 30 de junio de 2017
Dos importantes acontecimientos se han celebrado a finales de junio, el fin del Ramadán, Eid Al-Fitur, que ha puesto fin al mes de Ayuno del Mundo Musulmán y, por otra parte, la fiesta de Su Santidad el Papa Francisco que coincide todos los años con la festividad de San Pedro y San Pablo. La destrucción de la Mezquita de Mosul pone fin al Califato del Isis o Daesh, que por ambos nombres se le conocían. Siguen las refriegas pero en breve plazo de tiempo se acabará con este efímero reinado de los Jihadistas y la división entre Catar e Iran, por una parte y Arabia Saudí y sus aliados por otra, enturbian las relaciones de una región azotada por guerras y conflictos.
La fe compartida
En la Iglesia Católica continúa la persecución y aumentan el número de mártires, pero de las persecuciones, paradojícamente, surge la fuerza para renovarse y reenprender el camino. Asistí a la Misa del Papa en la Catedral de la Almudena en Madrid, oficiada por el Nuncio de Su Santidad y en presencia del Cardenal de Madrid y de un Cardenal Venezolano. En la Omilía de Monseñor Renzo Fratini destacaron tres ideas: la Esperanza, la Confianza y la Providencia que deben distinguir al Católico que no debe ser un simple turista o espectador. Respecto a Francisco, resaltó el amor. Da la impresión que el actual Pontifice ha entrado en un momento de eclipse, empezó muy fuerte con su Encíclica medioambiental, proclamó un Año Jubilar de la Misericordia e hizo visitas a lugares comprometidos. Es muy difícil mantener este ritmo inicial, a no ser que se recurra a grandes Catequesis, como hacía Juan Pablo II o a reflexiones de calado teológico como hacía el Papa Ratzinger. Francisco es un Papa eminentemente social de corte, que yo me atrevería decir peronista que desea elevar a las zonas periféricas del mundo y resolver todos los grandes conflictos actuales.
La fe compartida
Últimamente su renuncia a trasladar su Sede en verano a Casteldangolfo y quedarse en la Hospedería de Santa Marta en el Vaticano, ha hecho polvo a los componentes de la Curia y a los empleados de este pequeño Estado ya que la presencia constante de Su Santidad, impide que se vayan tranquilamente de vacaciones como han hecho durante años. Convertir Castelgandolfo en un museo, para Francisco es un signo de humildad, pero dudo, que pueda ser bueno para la Iglesia Católica. En verano los Papas descansaban y al mismo tiempo renovaban sus fuerzas y planeaban el intenso nuevo año que les esperaba. Conocedor de los veranos romanos con el intenso calor sofocante muy húmedo de la Ciudad Eterna. Dudo mucho que sea una buena decisión, no hacer una pausa de reflexión, aunque está con el pueblo y con ello contribuye a dar un excelente ejemplo.

Sin embargo un hombre de su edad, con las gigantescas tareas que tiene, creo que necesita reposo. El Papa polaco alternaba los Castlli Romanos con excursiones a las Dolomitas. Es mas fácil cambiar de idea que cambiar de costumbres y las burocracias aunque sean santas están compuestas de personas. Por otra parte, Francisco sigue sin visitar ni Argentina ni España a diferencia de sus ilustres antecesores que visitaron sus países de origen.

En el caso argentino creo que hay un problema ideológico y un difícil encaje del presidente Macri que pretende romper con años de peronismo. Respecto a España roza lo incomprensible, ya que Su Santidad mantiene excelentes relaciones con todos los españoles que van a verle, desde los peregrinos a los eclesiásticos y a los equipos de futbol. Me da la impresión de que Francisco no quiere ser fagocitado por España y que pretende seguir con su perfil latinoamericano de luchas contra las desigualdades y las injusticias del mundo.

Estamos en un momento en que debe imperar la fe compartida entre las grandes religiones del mundo, especialmente entre cristianos y musulmanes.

De la genérica invocación al amor y de que ambas religiones son de Paz deben surgir ideas, planes y propuestas para conseguir un mundo mejor. Si nos quedamos en lamentaciones y condenas, creo que no iremos a ninguna parte.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


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