El mayo que vencimos no lucía la primavera en Compostela, porque eran tiempos de dictadura y policías vestidos de gris, incluso en la Facultad de Medicina.
En aquel mayo del 68, los poetas le cantaban las verdades al lucero del alba y también a la luna llena; y los cantores ponían música a la rebeldía, para alumbrar aquello que llamamos Nova Canción Galega.
A ellos, poetas y cantores, debe el país más de un sueño, la esperanza renacida al compás de una canción. Que nunca olvidaremos aquellos tiempos de militancias clandestinas, base de la actual democracia y de nuestro autogobierno.
Venceremos Nós, cantamos a coro dos mil jóvenes, en el salón de actos de la Facultad de Medicina, aquel 26 de abril del 68.
Ese fue el final, el momento culminante del primero de los conciertos por la libertad, cuyo eco se escucharía desde Ortegal al Miño y desde la montaña al mar.
Todos vencimos el día que escuchamos por primera vez a Benedicto, Xerardo, Vicente, Xavier y Guillermo
el día que nacieron en la Compostela estudiantil, Voces Ceibes. Entonces, no había ni movida ni botellón.
Aunque nos hemos olvidado de aquella primavera en Compostela, estaría bien reinventar aquel concierto para rendir homenaje a aquellos cantores y a aquellos poetas.
Porque un pedazo de aquella cultura sí que nos queda en la memoria
