El Valle de los Caídos

En un momento en que se desprecia la cultura y se insulta a la memoria histórica se ha aprobado en el Congreso una proposición no de ley que ofende a la inteligencia y esta dictada por la saña de cambiar el pasado y falsearlo. Los amigos de los desahucio pretenden desalojar a Franco y José Antonio de sus tumbas. Es un disparate, en toda regla. El Valle de los Caidos testimonia un tiempo irrepetible en que los monjes se representan como guerreros en los lampadarios de esta enloquecida Basílica, los frescos de la cúpula con las tropas vencedoras con sus banderas y uniformes son lo opuesto a la cultura de la reconciliacion y son insultos a la cultura de la paz. Debe considerarse un monumento a una dictadura sangrienta, que surgió de una República en tiempos convulsos y de una cruenta guerra civil. Es una advertencia para todos, lo que puede ocurrir a un país que pierde la razón y desenvaina las armas a falta de argumentos, una adminición a conservar la cabeza sobre los hombros y a abrazar la democracia desterrando a los fanáticos sin violencia, no se puede reconciliar a nadie con monjes asesinos y guerreros despiadados. Debe quedar como un ejemplo viviente, que nos enseña el despropósito de un dictador que se consideró designado por la gracia de Dios, esta megalomania que sólo puede producirse en tiempos de sangre sudor y lágrimas. No decapitemos al pasado, como se hizo a veces en Egipto y Roma, no convirtamos a la ley de Memoria Histórica en un intento de revanchismo en que los que perdieron quieren aparecer como vencedores, todos perdieron. El Valle de los Caidos es la mejor pedagogía del Nunca Máis. No destruyamos la historia. Construyamos una nueva que refleje nuestros tiempos de progreso y democracia y sea un ejemplo para las generaciones venideras. El esperpento faraonico esta servido en Cuelgamuros ahora no suenan tambores de guerra imaginemos y demos rostro a la cultura de la paz. Winston Churchill que fue historiador además de estadista decía que los españoles eramos ese pueblo que lleva cuatrocientos años luchando entre si. Goya en sus caprichos y en los horrores de la guerra ha descrito perfectamente nuestros demonios particulares, esos monstruos violentos que están latentes en nuestros subconscientes. No los hagamos aflorar. No vaya ser que el próximo Valle de los Horrores sea como la campaña de Huesca, con las cabezas dogolladas un sentido homenaje al indignado Pol Pot.