I believe in angels

La tarde del pasado jueves 20 de abril, la sobremesa se hizo conversación de armonía, de almendra y nuez moscada servida por manos de doce ángeles, sin sexo ni tiempo, desabotonadas del ojal de los doce acordeones diatónicos sostenidos en las propias escalerillas de agua de sus muslos, por las que subían y bajan, apenas tocándolas, los también doce niños músicos de la Asociación de Acordeóns de Cedeira, que habían recalado, en su distancia y dimensión asombrosa, en el auditorio gótico del templo San Francisco de Asís de A Coruña, habiendo hecho escala previa y aperitivo ya por la mañana en el estos días centenario Colegio Compañía de la misma ciudad.
Fue una sobremesa como lo puede estar siendo siempre el bien

acordado concierto del Pórtico de la Gloria de la Catedral del Mestre Mateo o las del Salón de Fiestas del Pazo de Xelmírez, bien regalado de instrumentos, empanada, ribeiro o rías baixas y pentagramas nunca oscurecidos por el tiempo. Todo renovado en el tiempo, en el renacimiento musical de estos intérpretes consagrados, ya hombres y mujeres del presente y del futuro que nos labran desde Cedeira de Galicia para o mundo el profesor Xavier Díaz Carrasco y la bien empastada Asociación de Acordeóns de la villa marinera del norte, de nuestro norte, mío y de ustedes, de quienes nos apetece disfrutar al máximo con los menús y minuetos de las partituras que nunca pasan otra vez.
Un sublime concierto que lo abrió la Partita I (menuet) de J.S. Bach, seguido del Preludio en La M de W. Zelenski, del Preludio BWV 930 de J.S. Bach, el Rondeau/Suite Orquestal Nº 2, de J.S. Bach, el Comunión (5 pezas para armónium) de C. Franck y el Preludio nº en Do# M de Bach. En este bloque la sorpresa interpretativa de los músicos se hizo milagro y admiración palpables, y ya no quedó lugar a la sorpresa y sí únicamente a la apoteosis continua.
Un siguiente bloque del concierto, -el tango y Astor Piazzolla-, dobló nada más empezar la espalda y la cintura, ¡lágrima porteña!, de más de una y uno, y el alma del auditorio quedó definitivamente rendida y entregada a lo que quisieran hacer con ella los niños grandes intérpretes de la tarde coruñesa, cerdeirense en adelante.
Luego, en el tempo de la audición, el concierto hizo pausa saudosa y necesaria en las dos piezas de concesión y nostalgia al ámbito gallego y brasileño con dos dúos, especialmente brillante el de la pieza Paçoca del maestro Celso Machado, escritor de la mejor pedagogía musical que se precie. Y la de estos niños intérpretes y su maestro Javier, inmenso y oculto, se precia y lo es.
Y entonces, luego, el concierto se desnudó por completo, cuando se preludiaba ya el clímax y el orgasmo del deleite estético. Y llegó una vez más, como había llegado antes. Con la interpretación a cargo de dos niñas de Nocturne y Romance de F. Angelis. No hubo decepción: la expresividad y sensibilidad de las dos intérpretes de turno dieron cuenta cumplida y sobrada del virtuosismo técnico que requiere cualquier partitura del Campeón Mundial Internacional de Acordeón y Compositor F. Angelis. Y el auditorio gozó. Mucho.
Y seguíamos caminando hacia la coda final, donde a veces nos esperan los dioses, que eso significa apo-teosis, y donde, en preludio intuido, el éxtasis se prolonga y se muere en olas y crestas inesperadas. Aquí, luego, Jazz y Varieté: Suite para niños nº 1 de V. Mitin, Bossa Nova de V. Vlasov, Czardas de N. Ritzol, Les Olivettes de C. Thomain, Ballade por Marie de Venitucci, Vals Venezolano (dúo) de Paquito d´Rivera, y Ragtime None of equal (quinteto) de S. Joplin: bloque desarrollado en coreografía grupal sucesiva hasta el final que ya nadie deseaba.
Y todo así, programa compositor, intérprete y director- fue una tarde de creencia rotunda en los ángeles, porque ya antes, prevenidos, se nos había colado a todos, y a mí, el aviso del antiguo grupo ABBA: I believe in angels
if you see the wonder of a fairy tale you can take the future. Futuro que ya es presente en estos ángeles, por consiguiente, del pórtico de la gloria de Cedeira. Éstos: Alexandre Labraña, André Labraña, Andrea Loureiro, Betriz Leonardo, Carme Pita, Elías Pérez, Fani Yáñez, Inés García, Julián Gundín, Manuel Loureiro, Nerea Arrivi, Sara Novais e Iván Armada.
Y después, en adelante, cuando ustedes vayan al norte, a su norte y al nuestro, si van, pregunten por ellos: en todo caso se les aparecerán en el pórtico de la gloria de su Asociacións de Acordeóns: porque ellos son, precisamente, El Pórtico de la Gloria de Cedeira.
Sólo quería contarles esto, por hoy, en nuestra Galiciadixital. Sólo esto. Y perdonen, pero 'I believe in angels'. Suerte y fortuna que se tiene.