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La censura

martes, 28 de marzo de 2017
La censura ‎Una de las libertades más preciosas de los regímenes democráticos es la libertad de conciencia, que combaten todos los espíritus totalitarios e intransigentes. Hay países que ejercen un control férreo de la información, hay otros que salvan la cara o se lo creen imponiendo mecanismos de censura o de secuestro de las publicaciones. En la era digital se trata de prohibir internet y todo asomo de redes sociales. La censura crea anticuerpos y consigue lo contrario de lo que se pretende, estimula a los anti, a los que pretende suprimir. Es en las cuestiones ideológicas donde florece este flagelo de la libertad de conciencia. Como reportero audaz, ahora en la escudería de Don Xulio, he padecido una pequeña persecución por los mencionados temas ideológicos y os aseguro, que me han dado más fuerza, claro está que todos, incluso el astuto Más y el peronista de Vallecas, tenemos que someternos al imperio de la ley y evitar calumnias, atentados al honor y a la intimidad de las personas y respeto escrupuloso de las ofensas a los sentimientos religiosos e identitarios y en definitiva atenerse al Código Penal. Hay muchísimo margen para la libertad de expresión. Otra cosa es las presiones para opinar esto o lo otro, que a veces ejercen incluso nuestros amigos sobre los periodistas y comunicadores en general. Es una práctica errónea que ha llevado a la desaparición de periódicos y canales de televisión cuando las presiones pasan a mayores y se impone la intolerancia. Por eso no deben aceptarse los vetos y los educadores deben fomentar los debates, los contrastes de opinión y estimular la creatividad y el respeto desterrando insultos y descalificaciones personales o étnicas. Voltaire es citado siempre que se habla de libertad de conciencia, cuando nos alecciona a incluso a dar la propia vida por la libertad de pensamiento de ‎nuestros enemigos y su famoso "Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y maldito sea el que piense como yo". A Voltaire hay que añadir los adalidades de la Cultura de la Paz como Martín Luther King y Nelson Mandela, que superan el laicismo hostil a la religión del francés. Por esta razón me gusta ser colaborador de GD por la libertad que propicia el sentidiño gallego.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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