
Para partirse de risa. Cada tres minutos se separa una pareja feliz en
España. El amor eterno - según científicos- se desvanece en las tinieblas
del olvido a los cuatro años, por causas genéticas. Manda carallo.
El primer año todo va sobre ruedas y la pasión se desborda a babor y
estribor. Le das besitos, le haces arrumacos y hasta le abres la puerta
del coche. El segundo año se la cierras con mala leche. A los tres años te
lías con una colombiana y a los cuatro te denuncian por maltrato
psicológico. Tu mujer vive una segunda juventud con su primer amor y se
ven los viernes por la tarde en un motel de la Nacional VI.
Será la genética, la química, el vicio, el aburrimiento, la convivencia
que es un coñazo o la biblia en verso, pero cada tres minutos, ya sabes.
¿Quién quiere vivir entre rejas?.