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El Conde de Montecristo

lunes, 13 de febrero de 2017
El Conde de Montecristo Me aseguran que el libro de cabecera del Divino Pedro que se ha llevado a su viaje a Sudáfrica es el Conde de Montecristo de Alejandro Dumas. Sánchez lee y relee con fruición los capítulos de la venganza. En Sudáfrica participa en un encuentro de política progresista. La camarilla que lidera el PSOE asustados por lo que se les viene encima están desempolvado sus espantapájaros mejor guardados en naftalina como denostar a Rajoy por su falta de cintura al doblegarse al papel de "mayordomo" ante Trump reviviendo la caza de brujas de las Azores y para sacar pecho se untan con jugo de tomate las caras para al mirarse al espejo verse rojos rojisimos y ya el do de pecho es pedir la exhumacion de los restos de Franco del Valle de los Caidos. Esperan así encontrar un antídoto contra el temible virus del Divino Pedro.‎ En vez de mostrarse como políticos responsables y estadistas prefieren tirarse al monte para que los adoradores de Sánchez les den sus votos en las primarias que se avecinan. Pedro frunce el entrecejo, cierra el libro y se regodea con su próxima victoria, ya ve los temblores de los odiosos conjurados de la Gestora, sus cabildeos, sus angustias, su verse marginados por la máquina trituradora de cargos públicos y subvenciones que está planeando el Divino, que desearía incluso hundir a la fontanera prodigiosa de Triana y reconvertirla en vil pescadera de ponga ese infecto pescado del Sudeste asiático. En el país austral se pavonea de su sobrenombre del Mandela de Pozuelo, revive los momentos en que los Brutos lo apuñalaron como a Julio Cesar en un trágico día en la calle Ferraz, saca punta al lápiz, lo humedece con saliva heroica y apunta cuidadosamente los nombres de todos ellos, sus gestos, sus rictus, sus comentarios despectivos, todo lo rumia y hace una cuidadosa lista de venganza, un cahier de condoleances, que lo desborda, despues agotado deja a un lado el cuaderno de la ira y vuelve a Edmundo Dantes. Sus rivales se estrujan el cerebro y tomas pastillas de progresitis para reforzar la vacuna anti Sánchez. El Divino reabre el cuaderno y ahora le toca el turno a los traidorzuelos, los adoradores del vellocino de oro del poder como Hernando y secuaces y no sabe en que lista inscribir a su escudero Luena, puede que tenga que perdonarle pues razona también Pedro traicionó al Señor tres veces antes de zamparse el gallo. Tal vez en el vuelo de vuelta se dejará mecer entre las estrellas y las nubes y decidirá que hará con quienes flaquearon entre sus huestes, pero jamás sus bases, que lo adoran y piensa El Dino lo volverán a encumbrar y luego rápidamente la coyunda de amor e interés con los chicos de Podemos y de ahí a la soñada y anhelada Moncloa Hay solo un paso. Como en La Traviata Pedro tararea la ensoñación de Violeta y goza por anticipado con su vendetta que desea servir en plato caliente, muy caliente. Ya tiene el guión perfecto el conde de Montecristo. La noche de los cuchillos largos se acerca. Temblad, os despellejare serenamente, sin violencia, pero a conciencia y renegareis de las horas y minutos de vuestra conjura. He vuelto. Soy Edmundo II.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


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