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Un pirata en la Moncloa

viernes, 10 de febrero de 2017
Un pirata en la Moncloa No me refiero al desembarco de Pablo o Íñigo en La Moncloa, sino a un cocinero con mucho pedigree y con aspecto de pirata. La calle de la Princesa se ha convertido en una pasarela de tiendas y almacenes para la mujer joven, donde se concentran entre otros los inevitables Mango y Zara y también para todos dos almacenes de El Corte Inglés. Todo un emporio comercial atendido por pedigueños gitanos de Rumanía y Turquía. Los sábados esta calle parece un jubileo, ahora con sus rebajas del 50 y hasta 70 por ciento. No podía faltar una tasca del tiempo de Don Benito Pérez Galdós, cuya casa esta en Gaztambide, que conserva el carácter madrileño de este barrio de Argüelles, con camareros españoles como los galácticos de champions Nacho, con antigüedad de 25 años y aspecto de ratón de biblioteca o ayudante de alquimista y Carlos un moceton con acento castizo salido de La Verbena de La Paloma con 4 años de pescante‎. Ambos en la cuarentena. Esta tasca con el castizo nombre de Manolo la capitanea José Ramos que parece sacado de algún Ministerio de la Villa y Corte y cuyos hijos Palomita y el pirata Many siguen la tradición familiar, de este local que se inaguro en plena Segunda República, muy cerca del frente en la Guerra Civil, contemplo luego la larga dictadura, por cierto a pocos metros del domicilio de Chicote y luego la actual Democacia palatina. Un pirata en la Moncloa
Todo el personal es español lo que es una rareza en un barrio poblado de camareros ecuatorianos reforzados ahora por los chinos y alguna divina paraguaya como Fátima la chica de la panadería y sus dominicanas jacarandosas como Oly y Alyazira, aquí en Manolo campean los Emilio y Floren y las estupendas Gema y Patricia, sin olvidar a Cecilio y Pepe. Una excepción es la gentil y poderosa Ivon de Polonia. El pirata no práctica una cocina de la "confusión", con sus platillos de nombres exóticos, sino es un cultor de los platos de cuchara, con legendarios cocidos, lentejas lujuriosas y sopas Julianas para chuparse los dedos. Esta tasca es famosa por sus callos y tratamiento de vísceras y mariscos. Sin embargo lo mejor es el ambiente madrileño y castizo de este local galdosiano con clientela madura salpicada por claveles reventones, las dependientas de estos templos de la moda,damas parloteando de sus nietos y acosejando a sus hijas en las complejidades de los amores interruptus de la era actual. A mi me llaman cariñosamente el guaje y me saludan con Puxa Asturies, les explico que soy un modesto infiltrado de Don Xulio en Galicia Digital y que escribo mis gacetillas que ilustra Teté la hija del jefe. Hoy toca hablar de fútbol aunque Carlos, uno de los galácticos de la Champions sea, horror, del Barsa! Nadie es perfecto. Nacho me trae unas suculentas lentejas y tengo que decir como Espronceda, hoy la vi hoy creo en Dios. Gracias pirata, solo te falta la pata de palo.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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