Hijos y amantes

D.H.Lawrence es famoso mundialmente por el amante de Lady Chaterley, pero a juicio de los críticos su mejor novela es "Sons and lovers", en castellano Hijos y amantes donde describe de forma genial la relación entre madres e hijas, que las encadena bajo todos los cielos y mares. Es algo mágico, que se entronca en lo más profundo de la psique femenina y que Lawrence relata magistralmente. Escribo estas líneas mientras una bella mujer habla por teléfono con su madre lejana y este rito se repite todos los días. No se cansan de contarse sus vidas, se necesitan y en estos tiempos en que la tecnología las conecta en la distancia pueden verse e inventar otras existencias de familias unidas, que ellas mismas no han querido cuando por razones económicas y de aventura en pos de Mr. Perfecto o simplemente vivir mejor para ellas y sus seres querido. Se han alejado y cuando se reúnen es para planear nuevos trabajos y nuevas separaciones, mientras el cordón umbelical que las une cruje, desearía retenerlas, pero estas Ulisses femeninas son imparables y siguen viéndose y separándose, despidiéndose con ruidosos besos en sus idiomas para mi incomprensibles, que desgastan una y otra vez. En este caso la madre habla por los codos y la hija asiente con monosílabos, apenas interrumpida por alguna pregunta de su hija. Estas nuevas amazonas recorren el ancho mundo con sus trabajos, incluso la madre explora sus posibilidades en la remota Nueva Zelanda y luego en Suecia, en Alemania y en Italia, pero donde este, su único lujo es su portátil, su ventana al mundo, su móvil que la une a sus seres queridos. Antes la separación impedía este contacto y quedaba relagada a los largos espacios de tiempo de las cartas. Ahora palabra e imagen se transportan a través del espacio y Luego se producirán los milagros de la teletransportacion como en los hologramas convertidos en táctiles, se podrá tocar la mano, besar el rostro, acariciarse, incluso pelearse, insultarse, pero pensemps en positivo en esas madres e hijas que podrán abrazarse tierna y amorosamente desde sus ciudadelas oníricas, sus batallas por una vida mejor, por cumplir sus sueños. Lawrence estaba muy lejos todavía de estos grandes y portentosos inventos que nos aproximan, abriéndonos cada dia la Caja de Pandora y poniendo a nuestra disposición la presencia del distante, pero en su estupendo libro vemos, sentimos, experimentamos la fuerza que une a madres y a hijas, con al fondo y muy dentro de ellas la huella del hombre, de los hombres que las han labrado como en una tierra de panllevar, transmitiendo el milagro de la vida.Siguen hablando estas dos damas, como trasfondo lo cotidiano y el impulso que da el afecto y la imposibilidad de poder estar a solas una frente a otra en silencio, sin necesidad de derramarse en una cascada de palabras y de respuestas‎, la emigración de seres que entrañablemente se necesitan, es un drama cotidiano, que tiene como escenario a todos los países avanzados y a quienes buscan prosperidad entrando en un mundo dominado por seres solitarios, que han roto los vínculos familiares y se han construido sus solitarios castillos. Estas hijas y madres eternas aspirantes a castellanas de reinos imposibles. mientras lo consiguen o se quedan en el camino, parlotean sin cesar día tras día.