La cultura de los necios

La muerte de Carrie Fisher ha llevado el luto a las filas de Podemos, cuya cultura esta muy asociada a las series y películas de Holliwood. A falta de cultura humanista estos chicos tienen un Ersatz poblado de personajes de ficción. No llegan más allá. Juego de Tronos es su serie de culto y base de toda su ideología. Por ello Pablo Iglesias regalo esta serie al Rey Felipe VI. No les interesan las antiguallas como Goethe, Shakespeare, Kant o más recientemente Salvador de Madariaga, Ortega y Alberti, solo el Divino Pedro tan proclive a esta pandilla universitaria se ha atrevido a citar a Cervantes, pero de refilón. En la jaula de grillos que se ha convertido Podemos se combaten a base de citar a personajes de su idolotrado Juego de Tronos y cuando salen de este círculo mágico se atreven como Echenique a citar al fútbol como escuela de vida. Todo este emjambre de parejas cruzadas de amantes de pacotilla que se entrecruzan y chocan entre sí con sus resquemores y desamores a flor de piel son los protagonistas de la historia política de estos días finales de año. Presenciamos como Irene la novia oficial del encantador de serpientes Pablo defiende a su paladín con uñas y dientes frente a la pasionaria de Rivas la pérfida Tania y cara de niño Íñigo a veces suspira con nostalgia de los besos y abrazos de su intrépida Rita y se lame las heridas que le inflingen. Un teatrillo que se cerrará no con el abrazo de Vergara, sino con el achuchon emotivo de Vistalegre. Todos ellos se sueñan en personajes medievales poblados de dragones y otras lindezas. Son amores de quita y pon. Es increíble que alguien en su sano juicio pueda tomar en serio a estos ramplones caracteres de cómic, mas allá de tiras cómicas que deshonrarian a un creativo como Quino y su Mafalda. Esta cultura ersatz o cultura del besugo ha hecho estragos entre un cierto tipo de juventud que encabeza por el final el Informe Pisa y que están llegando a un límite de falta de imaginación, que les acerca a un precipicio como el de Cabo de Peñas en Asturias. Creo que todos ellos deberían postularse como figurantes para los próximos capítulos de esta truculenta serie y tal vez desplazarse a Nueva Zelanda para vivir sus pasiones y abrir la jaula y dejar que los grillos campen por sus respetos. Yendo más allá en el examen de esta muchachada se llega a la conclusión que su a veces mencionado marxismo, no lo es de Carlos sino de Groucho y sus hermanos.