Un nuevo Ronald Reagan?

La historia es la maestra de la vida, este aforismo me viene a la cabeza mientras estoy hablando con un estupendo amigo experto en cuestiones financieras, que ha estado hace unos días en Nueva York, donde ha participado en una reunión de altos vuelos de manejo de los fondos mundiales, a la que asistió el famoso yerno de Donald Trump. Mi amigo que es fino analista formado en los Estados Unidos y ducho en olfatear como un perro de aduanas colombianas y en los más intrincados asuntos financieros incluso en las cercanías de la familia real me transmite las sensaciones de su viaje a Estados Unidos en que se respiraria un clima de confianza en el vital mundillo de la ingieneria financiera. Las Bolsas han subido Wall Street bordea los veinte mil puntos y nuestro Ibex 35, el tan denostado por Iglesias y Garzón, se empina hacia los nueve mil quinientos puntos. Estados Unidos es el país que transformó la revolución industrial inglesa en poder financiero y que padeció una pavorosa crisis en el crack de 1929, que contagio a la economía mundial y originó protestas y revueltas sociales que trataron de encauzar las revoluciones fascistas y comunistas, con sus promesas de evolución social y de mística de forjar el hombre nuevo. Estados Unidos también tiene su nueva frontera, la consecución del sueño americano, basado en el esfuerzo, en la creatividad, en las oportunidades si se trabaja duramente como dicta la etica protestante y no se da tregua ni a los vagos, ni a los tontos, ni a los desafortunados. Como en la antigüedad clásica no hay piedad para los vencidos, ni para los perdedores. Ronald Reagan sublimo este sueño americano de crear un país continental en que el fruto de la visión y de la energía de los grandes empresarios y emprendedores de todas clases cristalizan en un gran auge económico, que reta al imperio soviético y lo destruye. En Europa Margaret Thatcher fue la compañera de fatigas del Presidente americano, que doblegó a los sindicatos y fue adalid de un sistema capitalista puro y duro. Prosigue nuestra cena y un clarete nos hace vislumbrar que tal vez en Estados Unidos detrás de un personaje grotesco y pintoresco, que erige rascacielos y crea empresas y negocios en más de veinte países se esconde un nuevo Ronald Reagan. Por de pronto el dólar se está ‎revaluando y detrás de la selva y el bosque de intolerancia, de racismo y de xenofobia se está creando el caldo de cultivo para un nuevo periodo de expansión económica. La pregunta es si el extravagante y radical Donald sabrá tener la sagacidad y la capacidad para simplificar y comunicar que tuvo el actor Presidente, que no necesitaba consultar documentos, le bastaba con su instinto. Los primeros nombramientos evocan al jarabe de palo como receta y a una preferencia por alianzas con hombres fuertes, los líderes de Rusia y de Filipinas. Estas dudas y este panorama muy nublado nos hace obviar el postre y encomendarnos al Padre Pio de Pietralcina, el genial y santo capuchino italiano. Tal vez este concierto de halcones sean capaces de brindarnos además de muchas emociones y sobresaltos un nuevo auge económico mundial. En la Biblia se nos dice que Dios escribe derecho con trazos torcidos. La Navidad propicia reuniones de familiares y de amigos.