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¿Aumentar ingresos y/o disminuir gastos?

lunes, 19 de diciembre de 2016
Todo es relativo, da la sensación de que entramos en la normalidad política, a pesar de visualizar una legislatura difícil, ya que no me fio de la lealtad de Ciudadanos, ni del mantenimiento de la sensatez del PSOE, pero tampoco de que el partido del Gobierno, el PP, sea puro y casto permanentemente y, a pesar de que es el primero en interesarse por mantener con diplomacia las buenas con los dos únicos apoyos parlamentarios de relevancia que puede tener para sacar adelante sus propuestas legislativas, hemos visto las tonterías absurdas y gratuitas, que el PP puede llegar hacer.

Es de perogrullo decir que para superar una situación continuada y arrastrada, desde varios ejercicios de desequilibrio de las cuentas públicas, o bien hay que aumentar ingresos o disminuir gastos, o ambas cosas al unísono. Reconozco que gobernando en minoría es difícil mantener una política de austeridad, medianamente firme y seria , como correspondería a una economía con unas cuentas públicas deficitarias durante años y, consiguientemente, una Deuda Pública, incrementándose inconteniblemente, superando ya el PIB. Todos los posibles apoyos quieren cobrar incrementando el gasto, nadie restringirlo y además pondrán algunos inconvenientes en subir los ingresos , esto es subir impuestos, ninguno quiere pagar precios políticos por su apoyo.

Por eso no es de extrañar que los primeros pactos sean sobre una subida de impuestos para poder cumplir las exigencias de Bruselas y reducir el déficit hasta el 3,1%, lo que equivale a un ajuste de 16.000 millones de €. Que suban los impuestos especiales sobre el alcohol un 5% (sin afectar a vino y cerveza) y sobre el tabaco un 2,5% , en el caso de la picadura un 6,8%, y se crea un nuevo impuesto sobre las bebidas carbonatadas azucaradas; a mi no me parece mal, ya que creo que podría ser aún más el incremento, hasta ser disuasorio , y no por que yo no sea ni bebedor ni fumador, si no porque son, consumos superfluos y prescindibles y por sus graves consecuencias en la salud de las personas, que generan gastos a las administraciones públicas, cuantiosos.

Lo que ya me parece más peligroso es el retoque en el Impuesto de Sociedades, ya que retoque implica incremento sustancial en la recaudación por este impuesto, cuando países como USA , Gran Bretaña y posiblemente Francia, etc, están en proceso de bajar este impuesto. De todas formas reconozco que hay que evitar abusos evidentes en la compensación de bases imponibles ( pérdidas y beneficios), exenciones por doble imposición, para que el tipo efectivo se acerque al 25%, que se mantiene. La carga impositiva real también se aumenta para las empresas si se endurecen los aplazamientos en el pago de los impuestos , y se aumenta la obligación de informar el detalle del IVA, en tiempo casi real, 4 dias, que afectará a 62.000 empresas, lo que implica gastos informáticos, de personal y de asesoría, para las mismas. Las empresas no están todavía para tirar cohetes. No comento lo que se prevé recaudar con estas subidas impositivas por que la realidad será , como siempre , la mitad de lo previsto. Lo único que realmente incrementa la recaudación, es el incremento de la actividad económica privada, y punto.

Para cubrir el expediente ante Bruselas este incremento de recaudación prevista, hasta puede valer, para salir del apuro, pero no sirve para resolver el gravísimo déficit estructural de nuestras cuentas públicas. La realidad es que no ingresamos lo suficiente para pagar nuestro sistema político-administrativo público, caracterizado por ser un mamotreto elefantiásico, obsoleto, ineficaz, derrochador, politizado al máximo y, consecuentemente , mechado generosamente de prácticas corruptas, algunas de las cuales terminan abarrotando nuestros tribunales; y para mayor dificultad a poder modificarse, todo este tinglado es el escandaloso financiador “legal” e “ilegal” de los partidos y de los más de 400.000 políticos que revolotean en ese interminable e insondable tarro de miel o llamado de otra forma : la enorme teta pública. Esta costra política solo tiene la obsesión impúdica de gibarizar y chupar de todo aquello que tenga pinta de público y que tenga fondos para beneficio de esta infraestructura artificial, ortopédica y depredadora, que supone la cáscara política.

Aunque esté arruinando al País, la casta política no tocará nunca esta cáscara o caparazón que cubre todas nuestras instituciones, que las ralentizan , las vuelve ineficaces e ineficientes, encarece su funcionamiento, las politiza y consecuentemente las envilece a base de corruptelas y corrupciones. No hace falta ser muy lúcido, ni conocer profundamente el funcionamiento de las administraciones públicas para pensar que hace falta, urgentemente, coger un hacha enorme y empezar a cortar ramas de ese frondoso árbol que es el aparato del Estado. ¿ Por donde empezar? Se me ocurre, suprimir el Senado, suprimir el Tribunal Constitucional y pasarle sus funciones al Tribunal Supremo, pasar las funciones de prestación de servicios locales a unidades de más de 20.000 habitantes y suprimiendo o no más de 6.000 municipios, suprimir las Diputaciones, privatizar todas aquellas entidades dependientes de las administraciones que presentan déficits recurrentes e incidan en el mercado, especialmente las televisiones públicas, que solo sirven al político que les paga, suprimir miles de sociedades, entes, consorcios , observatorios, etc, que no tienen más finalidad que sacar millones de euros del control interno y su gestión del derecho administrativo. Así podríamos estar rellenando folios enteros; lo que está claro es que esta frondosa administración , juntamente con esa forma de gerenciar la función pública no es posible de financiar. ¿ Que hay que hacerlo? Nadie lo duda , ¿ Que se va a hacer a medio plazo? Nadie lo cree.

Pongamos algunos ejemplos. Rumasa, expropiada en febrero de 1983, o sea hace 33 años, está en estos momentos en liquidación y para ello , hace un año, se encomendó a otra empresa pública la función de liquidador, e incluidos a sus todavía 8 empleados.

En España hay 8,115 municipios, de los cuales 5.737 tienen menos de 5.000 habitantes, y 6.675 menos de 20.000 habitantes, cifra esta última que se considera la mínima para la prestación de servicios de forma eficiente, eficaz y económicamente. O sea en el 82% de los municipios solo reside el 30% de la población, de forma dispersa, atomizada y envejecida . La única forma de darles servicios es concentrando dicha prestación. Hay que darse cuenta que el actual diseño municipal data de 1823, con criterios de distancia a pie o en burro a la capital del municipio. Hoy las vías de comunicación, comunicaciones , vehículos de transporte, la urbanización progresiva de la población y la informática, han cambiado tanto el panorama, que solo razones político-sentimentales impide concentrar la prestación de servicios a los ciudadanos con eficacia, eficiencia y economía. La supresión o no de municipios es solo cuestión por tanto de tacto político. Todos los países europeos llevan años haciendo drásticas reformas en el mundo local, reduciendo municipios, comarcas , regiones, etc, concentrando la prestación de servicios. Es el mismo esfuerzo que se hizo en su momento con las concentración de las escuelas unitarias rurales, con financiación del Banco Mundial y con los mismos argumentos y hoy nadie pone en duda la racionalidad de esa medida, que en su momento parecía tan drástica.

Evidentemente con entidades locales prestadoras de servicios de más de 20.000 habitantes , sobrarían las Diputaciones, y los reticentes a esta medida, no tendrían la más mínima disculpa para su supresión.

La poda necesaria en las administraciones autonómicas, podría ahorrarnos cantidades ingentes de recursos públicos, sin necesidad de disminuir la prestación de servicios al ciudadano. La racionalización de las administraciones sanitaria y educativa es urgente por monstruosas, e ineficaces. Sobran estructuras y funcionarios administrativos que restan recursos a la prestación de servicios sanitarios y educativos, que es lo que demandan los ciudadanos.

Recortes de gastos , si, y muy profundos , en todas las administraciones, para liberar recursos para gastos, servicios e inversiones productivas. Recortes , si , en la forma absurda de hacer política a base de cobrar todo quisque sea o no cualificado o justificado, liberados por un tubo, asesores de no se sabe que , subvenciones a partidos y sindicatos para mantener una infraestructura administrativa carísima y que necesita tragar recursos sin límite legales o ilegales, etc, etc. La consigna de “Recortes no” es una chorrada populista.

Queridos lectores, no se preocupen , pueden tomar el turrón esta Navidades y regalar juguetes por Reyes , ningún grupo político propondrá estás cosas tan raras, solo querrán que los ciudadanos de siempre paguemos más impuestos y que el mundo político ni se despeine , como en las viejas películas de vaqueros.
Figueroa, Rosendo
Figueroa, Rosendo


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