San Martín

En Buenos Aires hay innumerables referencias al Libertador de Chile, Perú y Argentina. Un precioso sepulcro, un monumento funerario al que hacen guardia de honor los granaderos, el cuerpo miloitar a caballo creado por este militar criollo, hijo de españoles, que sentó plaza en el Ejército español y combatió e‎n muchas batallas, entre ellas en Bailén, primera gran derrota de las tropas napoleónicas. San Martín fue un hombre ilustrado de su época, que frecuento los círculos libertarios en que la Masonería ejerció gran influencia. Fue sobretodo un extraordinario estratega y un hombre que necesitaba la lucha para imponer sus sueños de libertad. La Avenida del Libertador es una de las arterias más bellas de esta ciudad de cuatro millones de habitantes que se adentra en Palermo el barrio elegante poblado de embajadas, residencias de próceres y grandes edificios. La familia de San Martín esta enterrada con todos los honores en el Cementerio de La Recoleta, que emulando al famosisimo de Génova, tiene muchos ejemplos artísticos en sus monumentos funerarios. San Martín a parte de una calle muy transitada en el microcentro de Buenos Aires, como se conoce a la zona que bordea al Obelisco del nueve de julio, fecha de fundación de la ciudad por Juan de Garay, tiene una muy típica, por su curioso gorro, a pocos metros de la Casa Rosada, la Presidencia oficial argentina. Este militar ilustre es una síntesis perfecta de este país poblado en sus 40 millones, 16 en la región de Buenos Aires por gentes venidas de Europa, especialmente de España, los gallegos, pronúnciese gayyyegos, y los tanos de Italia, luego los turcos denominación válida para todos los del imperio otomano, los alemanes muchos de ellos nazis amparados por Peron y otros países como fue el caso de los croatas Kirschner, Los indígenas tan añorados por la Presidenta Cristina fueron muy pocos y los que quedaban fueron reducidos a la irrelevancia y casi desaparicion en tiempos republicanos, posteriores a la independencia. Belgrano, Alvear, San Martín todos fueron criollos, aunque una teoría sin apoyo suficiente, lo sitúa como hijo natural de un Alvear con una indígena de su servidumbre, pero el libertador tuvo sus padres criollos y nada en su aspecto de ser de la raza de bronce como por ejemplo el Cholo Simeone, para que me entiendan los futboleros. Incluso la Planta Potabilizadora de esta gran urbe lleva el nombre de San Martín. Héroe romántico como Garibaldi, l'eroe dei due mondi, nacido en Niza y enterrado en Cerdeña. Simón Bolívar tiene formación y origen similar y a ambos les cupo la gloria inmortal después de la muerte, pero compartieron un final sembrado de sinsabores y disputas, falleciendo en el caso de San Martín en Francia en el exilio. En la época del peronismo se exalto al nacionalismo al estilo de Mussolini, su gran referencia y se erigió a San Martín como la gran efigie de la identidad argentina. En tiempos de buena convivencia hispano argentina debe ser también un gallardete de unidad y fraternidad entre ambos países, que hablan el maravilloso castellano y hacen el signo de la cruz en español y un honor especial a los emigrantes gallegos que con su laboriosidad y sentido de la familia son un ejemplo de integración en un mundo hambriento de paz.