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El Parlamento recupera protagonismo

sábado, 19 de noviembre de 2016
No todo es malo. Quizá no han sabido escuchar las voces del pueblo, o la soberbia les ha impedido distinguir las voces de los ecos -Machado-. Entramos de lleno en el siglo XXI, por tanto nada puede ser igual. La inteligencia consiste en saber adaptarse a los cambios para tener respuestas.

Parece que tanto la salida del Reino Unido de la UE, como sesenta millones de votos para la Presidencia del "Imperio" a un tal D.T., algunos lo anunciaron y forma parte del cambio que se viene gestando en un tejido social que se muestra indignado con los que mandaban hasta la fecha. Supongo se puede viajar en el tiempo de la historia para descubrir motivos sociales y económicos que dieron lugar al Nuevo Régimen. Después, la situación que se vivió en la Madre Rusia para sembrar la Revolución. Eso sí, me aterra que la democracia, por culpa de las perversiones, en que algunos se han instalado -castas-, de paso a un periodo similar a la Alemania del Tercer Reich.

Pero me voy a centrar en España. Hemos pasado por una mayoría absoluta, con invasión total del partido hegemónico tanto en Instituciones Públicas como en la sociedad civil. Tal estado de inusitado poder coincide con tres hechos detestables: corrupción; pobreza de muchos y riqueza de unos pocos, que se permiten dar dicterios al gobierno; infinita arrogancia, más propia del "Despotismo" que del Estado de Derecho y Constitucional.

Voy a señalar dos novedades. Estar un año con un gobierno atado por la situación de "en funciones" ha sido mejor de lo que anunciaban desde oráculos interesados, puede que hasta las mejoras se deban, precisamente, a que estar en funciones les ha impedido seguir "metiendo mano al país". La pérdida de una mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, es la necesidad que hace virtud, y esta no es otra que, cambiar la imposición por el arte del acuerdo. La cuestión es si, este gobierno de Rajoy, estará capacitado para la política de los acuerdos. Y lo digo, no vaya a ser, que en su máximo cinismo, sólo les interese el tiempo necesario para: obedecer a la Troica y mejorar en las encuestas de intención de voto.

Mientras se aclara el panorama, tendremos la oportunidad de percibir como el Parlamento de la Nación recupera su pulso. Tendrá todo el protagonismo que se merece, por ser dónde reside la soberanía popular. Ya lo estamos viendo. Las leyes no son proyectos que impone el ejecutivo al legislativo. Así se ha legislado en materia para frenar la lacra de la Violencia de Género, y todo indica que se derogará la LONCE, abriendo el camino para un acuerdo de Estado a inventario de la Educación. Espero y deseo, sean las primeras de otras Leyes Parlamentarias, ya que hasta ahora, con la perversa mayoría absoluta del PP, el Parlamento actuaba al dictado del Gobierno, de los intereses espurios, de las órdenes desde Alemania.

Y es que el parlamentarismo debe ser mucho más que los insultos. Por cierto, llama la atención como algunos reglamentos de grupos parlamentarios vulneran a la propia Constitución. ¿Cómo se puede exigir disciplina de voto, cuando la Carta Magna consagra la libertad del Diputado?. ¿Cómo se puede atar el deber del servicio a la circunscripción y así convertir al representante del pueblo en una marioneta con mando desde la fontanería del partido?. Creo que la crisis del PSOE ha destapado graves defectos en la democracia de este país, dejando pruebas evidentes del régimen de partitocracia.

Mal lo pasará aquel que no sea capaz de adaptarse al nuevo tiempo. Mal lo pasaremos si los viejos fantasmas del siglo XX, entre guerras y totalitarismos, se aprovecha de las crisis. Por cierto, y hablando de crisis, ahora resulta que la doctrina que dio como dogma inviolable a la GLOBALIZACIÓN, empieza a reconocer que sólo ha servido a minorías selectas y egoístas. Hasta en el padre de la ideología capitalista a favor de la globalización, está dispuesto a ponerle aranceles, y fronteras. Y es que, como dijo Campoamor: " En este mundo traidor, nada es verdad, ni es mentira, todo es según el color, del cristal con que se mira".
Mosquera Mata, Pablo A.
Mosquera Mata, Pablo A.


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