La hora de los clowns

Pasado el primer asombro por la victoria electoral de Donald Trump llega la hora de emitir juicios más serenos. En el Trumpazo hacíamos un análisis demasiado rápido y precipitado. Se término la época socialdemócrata del Santo negro, de Obama‎, el estadista del buenísmo, de la perfecta retórica que todo lo explica, que en España tuvo un ilustre precursor en Felipe González, el de "zabe uste", el que manejaba muy bien las palabras. El resultado electoral supone también una derrota de Obama, que como Woody Allen es mucho más popular en el extranjero, sobre todo en Europa y mucho menos en Estados Unidos donde las infraestructuras se han deteriorado y ha habido grandes bolsas de olvidados, de clases medias blancas empobrecidas que no estaban conformes con las políticas del Partido Demócrata y de su líder supremo. Además con Trump llega un estilo nuevo de familia americana, con hijos elegantes y mujeres despampanantes, tres experiencias matrimoniales con mujeres reinas de belleza, con dos divorcios sonados y saldados con una chequera repleta de dólares. El desfile de la familia en la noche electoral recordaba a una pasarela de moda, tipo Cibeles en Madrid. Éxito, glamour, elegancia un poco chabacana, se impone la filosofía del reality, de supervivientes, de salsa rosa, de sálvame, de comentarios en bares y estadios, de las verdades del hombre de la calle, de sus exabruptos, de sus filias y fobias, a los judíos y a los masones les sustituyen ahora los gitanos, los mexicanos, los ilegales, los emigrantes, sin olvidarnos de los musulmanes en bloque y de los chinos, con comentarios a bote pronto y a flor de piel, que desatan risotadas por los chistes machistas y xenófobos, de un infantilismo total. Estas verdades como puños, estas generalidades, que tanto gustaban a Berlusconi y a muchísimos italianos, hasta que se quedó sin repertorio y sin lograr resultados concretos.Este magnate milanes con su corte de veline, de mujeres sexys y de fiestas amablemente orgiasticas y de episodios cómicos, estuve presente en Europa por veinte largos años, así es que tengamos memoria y no nos escandalicemos. Trump, Berlusconi y el finado Jesús Gil han sido ejemplos dignos del sueño americano, que como el gordo de Navidad toca solo a unos pocos. Estos tres personajes eran divertidos, desmesurados, machos alfa de un mundo cade vez dominado más por las mujeres y con presencia y prestigio de los diversos. Millones de hombres en sus sueños subliminales desearían ser como ellos y dejar de ser unos mandados maltratados por sus compañeras y además ser ricos,poderosos y potentes, en vez de grises personajes insatisfechos y rutinarios. Con Trump vuelve la hora de los clowns, se impone el show business.