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El más honrado Berlusconi

sábado, 05 de noviembre de 2016
Ya no me quedan calificativos que puedan expresar de forma fidedigna a esta derecha casposa y ladrona que se cobija bajo las alas de la gaviota. Creí que tal vez “letrina” o “cloaca” podrían adecuarse a lo que verdaderamente representan, pero no, estos apelativos siguen quedándose cortos. Tal vez sea todo más sencillo y simplemente la expresión: “Partido Popular”, acabe siendo incorporada por la Real Academia de la Lengua como la acepción que mejor defina el comportamiento indecente que muestre un individuo o un grupo de ellos.

Cuando digo que la derecha casposa y ladrona se cobija debajo de las alas de la gaviota, estoy claramente delimitando a una parte de la derecha “la casposa y ladrona”, que se entremezcla con innumerables votantes conservadores honestos y trabajadores que se encuentran perfectamente cómodos e identificados bajo ese paraguas. Hacia ellos todo mi respeto.

Cuando oigo al Sr. Iglesias hablar de “transversalidad” y de “los de arriba y los de abajo”, trasluciendo que piensa que los de “abajo” que apoyan al Partido Popular pudieran representar un objetivo fácil de persuadir para que voten sus propuestas, estoy convencido de que se equivoca. Una gran parte de los votantes de derecha lo son por convicción ideológica y en este apartado y con el mismo arraigo se ubican “gentes de arriba y gentes de abajo”. Otros lo son por condicionantes económicos dado que entienden que sus intereses salariales y patrimoniales, por grandes o pequeños que estos sean, se resguardan mejor con opciones que defiendan criterios liberales. Otros, los menos pero que en este caso vuelven a coincidir “gentes de arriba y de abajo”, mantienen un pensamiento político en línea con el de Blas Piñar, Pio Moa, o Millan-Astray (ese gran hombre que se hizo a si mismo pero que al final le faltaron algunas piezas). Otros muchos, yo creo que en este caso mayoritariamente encuadrados en los de abajo, que por ignorancia (analfabetos funcionales con mayor presencia en zonas rurales repartidas por Galicia, Asturias, Extremadura, Andalucía, Castilla-León, Castilla la Mancha y Valencia), son fácilmente manipulables por corruptos caciques al frente de Diputaciones y por televisiones autonómicas y estatales que conscientemente no solo no hacen nada para mejorar la cultura de sus regiones sino que tratan de ahondan más y más en la ignorancia de sus tele-espectadores con programas dirigidos por Piñeros y Gayosos. Y por último queda un pequeño grupo de votantes de perfil conservador, pero que hace negocios con cualquiera que ostente el poder, a los que les mueve un único fin: acumular poder y riqueza. Son los corruptores y por ello apoyan a las siglas donde habiten los propensos a caer, ¿y dónde buscar mejor a los potenciales corruptos que en los herederos de la dictadura franquista? ¿Quiénes mejor que los descendientes de los que medraron al amparo del terrorista genocida? ¿Dónde mejor que dentro de los que siguen pensando que el dinero público no es de nadie y por tanto se lo quedan? ¿Dónde mejor que dentro de los que siguen creyendo que “los hijos de buena estirpe son mejores que los demás”? -dixit Rajoy- pensamiento que demuestra, a mi juicio, la esencia de su comportamiento. Unos fuimos educados con la premisa de que la honradez está por encima de todas las cosas. A otros, a estos, les inculcaron que la honradez es una cosa propia de los pobres y por eso no reaccionan.

Este pequeño grupo es el verdaderamente peligroso, pues ellos están por encima de la voluntad de los pueblos a los que pertenecen, ellos son los que señalan las agendas políticas y las estrategias económicas, ellos son los que abren y cierran las puertas giratorias, los que marcan las líneas editoriales, los que financian las campañas electorales, los que condonan los préstamos otorgados a los partidos, son, aunque tú no lo creas, aquellos a los que les importa tres narices el sentido de tu voto. Son aquellos que no tienen amigos en una cola del paro, en un comedor social, en la sala de espera de un ambulatorio, ni a sus hijos demandando una beca ni entrando en un Instituto Público, pues los envían a estudiar a EE.UU o a algún país europeo. Son aquellos que asisten como invitados VIP a una boda en El Escorial donde el más honrado, tiene cojones, es el amigo Berlusconi.

Hoy estamos asistiendo a las declaraciones de los implicados en la mayor trama de corrupción política de nuestra democracia, donde se pone negro sobre blanco el nivel de indecencia de los dirigentes y gobernantes del Partido Popular. Donde se evidencia lo que muchos sabíamos acerca de la gran mentira que significaba “el milagro español”, “el gran estadista Aznar” o el “mejor ministro de Economía de la historia de España”. Todo era un burdo montaje, una enorme mentira, no se trataba nada más que de un grupo de trileros y sus ganchos a los que ahora, por fin, les encontramos la bolita. Este y no otro, es el partido político que se sienta en el banquillo de los acusados al que, por increíble que parezca, todavía le sigues depositando tu confianza. Allá tú.
Sampedro, Jorge
Sampedro, Jorge


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