Chancia

La casa de Chancia, es un amplio caserón situado en la parroquia de San Cosme de Nullán, termino municipal de As Nogais. En un principio han sido dos viviendas, separadas por el camino que iba a aira de mallar, que era otra a la actual. Las principales obras de reforma, consistieron en darle mayor altura, además de unir las dos edificaciones en un solo edificio; éstas obras fueron llevadas acabo por Baldomero Pombo Aira, ello ocurría en la década de 1920 a 1930, aunque posteriormente José Rodríguez Núñez, esposo de Amadora Pombo Caballo, ella, hija del anterior y dueña proindiviso con sus hermanos realizó alguna que otra obra ya de menor importancia, que principalmente ha sido adecentar unos espacios para tres habitaciones comunicados através de un pasillo en forma de ele. Durante la década de 1960, Luis López Pérez, y su esposa María Virginia Pombo Carballo, también acometieron alguna obra menor, que consistió en transformar una habitación en cocina, las llamadas cocinas vizcaíanas, quedando intacta la de lareira, lo que ha sido todo un acierto. También ha sido durante ésta década, cuando se llevó el agua corriente a la vivienda y cuando llegó por primera vez la luz eléctrica, dado que antes, tanto en Chancia y los pueblos cercanos, es decir Cubilledo y Forcas, no había suministro eléctrico y los vecinos se las apañaban con el farol de gas y en el mejor de los casos con las lámparas de carburo.

Desde 1974 hasta la fecha, esta casa permanece deshabitada y estado semirruinoso, la principal heredera conjuntamente con su marido e hijo fijaron su residencia en la ciudad de Lugo. La insensatez y la cabezonaría de una heredera del caudal hereditario de Baldomero Pombo Aira y de su esposa Dolores Carballo Núñez, provocó un largo proceso judicial que duró desde octubre de 1974 a noviembre del 2002, donde a tenido buena culpa la inoperancia y la falta de profesionalidad de cierto letrado, al que fue necesario renunciar. Eso sí como dice el refrán quien todo lo quiere todo lo pierde, y al fin la justicia hizo su trabajo, maravilloso trabajo, adjudicó a cada heredero su parte, y el que no esté contento que se ponga, dado que ya no quedaron posibilidades para nuevos recursos ni apelaciones, de lo que particularmente mucho me alegro.

Ahora nuevos proyectos se están redactando, con la finalidad de convertir a la centenaria casa y sus propiedades en un importante establecimiento hotelero, de ocio y explotación del entorno, con actividades relacionados con el turismo rural. La inversión que se va a llevar a cabo es grande. Acerca del particular decir que una importante sociedad mercantil, con sede en el ayuntamiento madrileño de Torrelodones ya está en ello. Sin lugar a dudas dentro de poco tiempo, el nombre de Casa de Chancia será un amplio referente en la oferta hostelera y de turismo en toda la zona, algo que por otra parte es muy necesario por aquellos lares.