Domingo Andrés Martínez Vieito y José Ramón Martínez Reyero,
dos grandes directores de corales
Nunca acabaremos de dar testimonio biográfico del nutrido grupo de autores y artistas musicales que ha tenido, tiene y tendrá la Comarca de Ortigueira, pues ella ha dado y, aún dará para el futuro de la música toda una pléyade de maestros, que, en ocasiones, rubrican verdaderas sagas familiares.
Uno de estos últimos casos es la familia de los Martínez. El padre, Domingo Andrés Martínez Vieito, nació en la calle Curuxeira, de Ortigueira, el 4 de febrero de 1917, y formó parte de una de las familias más numerosas de la villa, en la que compartió casa con otros once hermanos. Sus padres eran el sastre Cándido Martínez Díaz, de orígenes sanandrianeses, y Cándida María del Rosario Vieito Martínez, con ancestros en Loiba y Cuba, concretamente en La Palma (Pinar del Río), que formaba equipo con su marido como costurera en la sastrería familiar.
Tras varios años de formación musical y de dirigir varias corales por diversos lugares de España, Domingo cumplió uno de sus sueños,
grabar su música. Su primera experiencia en un estudio de grabación tuvo lugar en Madrid en 1973. Ese año grabó con la compañía Zafiro un casete que llevó por título Por Castilla y León1, en el que incluyó varias adaptaciones suyas de obras tan conocidas como Que vengo de lavar del río, Aquel sombrero de monte, Si quieres que yo te ronde, No la llames, Al lado de mi cabaña, además de varios villancicos populares. La cinta fue grabada con las actuaciones del Grupo de Danzas de la Casa de León de Madrid y la Agrupación Coral Folklórica de Cámara de Madrid. También ese mismo año participó en la grabación del casete Alma gallega que realizó con la misma empresa editora, y para el que contó nuevamente con la colaboración de la Agrupación Coral Folklórica de Cámara de Madrid. En él incluyó el villancico Ruliño; el Alalá de Amoeiro; pero también la Foliada de Ortigueira y la Pandeirada labrega, ambas de su autoría, así como las clásicas melodías de Negra sombra, de J. Montes; Alborada gallega, de Pascual Veiga, y la popular Aires gallegos.
Tres años después, Martínez volverá a publicar otro casete con una recopilación de nuevos temas bajo la denominación de Galicia, que será editado en Barcelona por la compañía Difesco, y en el que intervendrá, una vez más, con la Agrupación Coral Folklórica de Cámara de Madrid, que en esta ocasión estuvo acompañada por los Coros de Iria Flavia, el grupo musical Campaneiros de Villagarcía de Arosa y el tenor gallego Joaquín Deus. Algunos de los temas que interpretaron fueron la Pandeirada de Lalín, Son o mellor mariñeiro, en una versión de Domingo Martínez, Un adiós a Mariquiña y Jota de aires gallegos.
Durante los años siguientes, se puso al frente de la Coral Folclórica de Cámara de Carballeira, con quien sacará en 1979 un nuevo casete, que llevará en su portada el epígrafe Miña Galicia, y estará editado por la compañía gallega Ruada. En él se incluyeron temas tan de moda en aquellos años como los referidos a la emigración (Despedida do emigrante), sentimentales (Meus amores, Un sospiro, Os teus ollos, etc.) y clásicos (Foliada de Compostela o Unha noite na eira do trigo). Nuevamente, ese año hará doblete con la grabación de un disco de villancicos, que tituló Villancicos de Castilla-La Mancha, y en el que actuaron la Agrupación Coral Folklórica de Cámara de Madrid, la Escolanía del Santísimo Sacramento, Rondalla Manchega de Alcázar de San Juan, y los solistas Mary Monreal y José María Calvo, que reunieron en él muchos de los cánticos tradicionales de las fiestas navideñas como Pastores venid, Noche de paz, Esta noche es Nochebuena o Arre borriquita.
Su hijo, José Ramón Martínez Reyero, siguió su mismo camino musical, aunque para ello tuvo que cursar sus estudios musicales en los conservatorios de Valladolid, Oviedo y, finalmente, de Madrid Su labor como director la inició en 1983, poniéndose al frente de un grupo de Cámara de la Orquesta Nacional, para posteriormente pasar a dirigir el Coro de Rosalía de Castro, el Coro Universitario Gaudeamus y finalmente la Orquesta Radio Grandio. Pero su gran reto lo asumió en 1988 cuando creó la Coral Polifónica de Getafe, con la que inspirará el valor de la música a toda una generación getafenses, que, además, pudieron comprobar su gran profesionalidad, paciencia y cariño con que hacía fácil lo que era bastante difícil.
Desde sus inicios, él fue modelando, como un alfarero, la coral e introduciéndole obras muy difíciles, pero que, con ilusión, la coral fue asumiendo, hasta llegar a interpretar partituras tan importantes: el Réquiem de Mozart, el Réquiem de Gabriel Fauré, el Gloria de Vivaldi, la Misa del 1º Domingo de Pentecostés, de Richard Landry, y varias obras compuestas por él o por su padre para corales y que agradaron extraordinariamente a los cantores madrileños, llegando a formar parte inseparable de su repertorio y de su historia coralística.
Con la Coral Polifónica de Getafe, José Ramón recorrió muchos pueblos y ciudades de España , así como de Marruecos, Estados Unidos, Canadá, Portugal y Francia, participando en numerosos concursos, en los que ganó algunos premios. Este fue el caso del concurso de habaneras que se celebró en Torrevieja (Alicante), en el cual interpretaron su obra Surcos en el Cielo, una obra dedicada a Getafe con la conseguirían el segundo premio en polifonía. Tras el certamen, su jurado explicó que por él habían pasado unas corales con una calidad vocal muy superior a la getafense, pero que también les había faltado viveza en sus interpretaciones, algo de lo que la madrileña gracias a su director le sobraba, y que, por supuesto, sus miembros ya sabían muy bien., y que les valió ese año el título de Getafenses del año, distinción concedida por revista Acción Getafense. Pero su galardón más sonado fue el primer premio obtenido en el certamen internacional Tierra de Barros, de Villafranca de los Barros (Badajoz) en 2006. Otro reconocimiento del que ha disfrutado su coral ha sido el otorgado por el periódico Getafe Capital a Las Artes, en 2008, con motivo de celebración de su XX aniversario.
Como músico, Martínez Reyero también gozó de algunos premios individuales. Entre estos están el Premio de Fuga, del Conservatorio de Oviedo y el Premio Extraordinario de Composición, de Madrid, por su obra AMLYSE.
José Ramón dirigió hasta su fallecimiento, en 2010, la coral de Getafe. 22 años en que dejó grandes muestras de su calidad humana, y en los que compuso muchas obras para sus voces, como fueron: Misa a Santa Clara, para coro y orquesta, que fue estrenada en Radio Nacional (1973); Suite para órgano y oboe, estrenada en el Conservatorio de Madrid (1980); Noctámbulos, obra para orquesta de laúdes, estrenada en Nueva York o Surcos en el cielo, su homenaje al pueblo de Getafe. Al igual que había hecho su padre, José Ramón grabó con la coral dos álbumes, uno en 1995 y otros en 1998 con obras que van desde la canción medieval hasta composiciones de música de nuestros días. Y ello, sin olvidar la grabación que hizo con el Himno al Club Deportivo Getafe.
Para finalizar las breves biografías de estos dos excelentes orteganos, dejamos aquí el poema que compuso el recordado poeta y maestro del Colegio de Ortigueira Xoán Xosé Fernández Abella, que le fue musicado por su amigo Domingo Martinez Vieito.
Canto á terra
Eu son, ¡ ou Terra meiga!,
un fillo namorado
do teu ser magoado
e a túa beleza impar.
Poder quixera eu darche
da miña pobre lira
un canto en que se oíra
túa enxebre voz soar
falando apaixoada,
de canto en ti se encerra,
miña sagrada Terra,
¡ quen soubera cantar!
E soño, e cismo, e prego
lograr esta ledicia:
teu vate ser, Galicia,
¡ meu feiticeiro Chan!
(Ourense, 12/09/1955)
