El Foro para la Cesación de la Guerra y la Declaración de la Paz se inició este sábado 17 de septiembre, en Corea. Al ser la segunda vez que me toca actuar en reuniones asiáticas me asombra una vez más el rígido protocolo, el despliegue de personal auxiliar perfectamente uniformado y un enjambre de fotógrafos. Suena un solemne himno del mejor estilo soviético y una gran pantalla va desgranando los artículos de este documento.
En el artículo cuatro las dos Coreas se estrechan las manos. Una verdadera balada wagneriana que levanta los aplausos de la concurrencia dividida entre expertos y asistentes a la reunión a esta Segunda Cumbre por la Paz.
Desde la llegada al Aeropuerto, pancarta, guirnaldas y pasillo de azafatas. Estoy sentando entre un representante de Georgia y otro de Mauricio, que aunque es mayor que yo, y ya es decir, es Presidente de la Juventud de su pais, un milagro de supervivencia, que debe ser amigo del Presidente Villar del futbol.
El Presidente de la Asamblea es un señor muy bajito de Corea que dirige un saludo a todos los líderes pacifistas entre los que abundan pequeños países como Albania, Kosovo y Armenia, destacando dos diputadas de Sudáfrica y una exprimera dama balcánica. A algunos participantes los conozco de otros Foros. Podrian parecer voces en el desierto, quijotescos intentos pacifistas, pero tienen su mérito por no perder su entusiasmo a pesar de múltiples sinsabores. Esta cumbre coreana tiene el mérito de poner el dedo en la llaga sobre la situación de un pais dividido y con dos regímenes completamente diferentes, democracia y refinada dictadura.
Resaltar la declaración universal de derechos humanos es un deber ciudadano, aunque a veces sean palabras mojadas y sus principios se vean pisoteados. A veces hay líderes con las manos manchadas de sangre, pero entre las organizaciones de derechos humanos abundan las victimas.
El otro lado de la medalla. Durante los años de la guerra fría estas reuniones estaban promovidas y financiadas por la Unión Sovietica. Esta coreana parece un canto de los pequeños países y de organizaciones que persiguen un rayo de luz entre un mar de tinieblas. Este es el caso de un relator de Bangladesh sobre la situación en Pakistán o de Sri Lanka tan ensangrentada durante los últimos 30 años.
Esta maravillosa isla de palmeras y playas con presencia de todas las grandes religiones estáa saliendo de su laberinto de violencia y reconociendo los deberes de paz y amistad. Paz con justicia. No a las armas. Es el turno de Túnez con su Premio Nobel de la Paz.
Esta Declaración de Seúl debe ser adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas como documento de fuerza moral.
El problema es que en nuestra reunión no están presentes ni la Unión Europea, ni las grandes potencias, pero esta es la labor de las ONGS y de las organizaciones de la sociedad civil para llevar la paz a las mentes de los ciudadanos del mundo.
Todo un programa que mi organización Paz y Cooperacion firmará y pondrá en marcha el próximo cinco de octubre en Viena, en el marco de una campaña de sensibilización escolar con UNOOSA, la Representación Permanente de España y con el testimonio de 100 astronautas. Se hablará de Paz en los cielos. Aqui en Corea se trata de Paz en la Tierra y grandes campañas pacifistas. Todos los intentos son pocos, mientras los terroristas fraguan sus planes de muerte, aqui surgen voces con planes de paz y no violencia. En el mundo se encienden luces de esperanza.
