Oposición o Alternativa

El debate de investidura no aclaró las dudas y dejo todo como estaba. Un Sánchez muy agresivo entronizó el no, Rajoy con mucho humor y soltura, Rivera en plan magistral e Iglesias mitinero instalaron el bloqueo.

Detrás de las palabras los políticos esconden y delatan sus ambiciones. Ciudadanos cambió su abstención por el apoyo al Partido Popular, despues de un ultimátum y rostros crispados y es un acuerdo incluso con fecha de caducidad el viernes dos de septiembre‎.

Como siempre con nada menos que 150 acuerdos, la repanocha. Parece que los amigos de Rivera desean figurar en el libro Guinness de los records, con sus listas interminables y su falta de capacidad de síntesis. Es un extraño pacto de investidura, ya que trata de cambiar España como un calcetín y parecería un pacto de gobierno, a no ser que este tipo de acuerdo exija 400 puntos!

Mientras tanto los partidos del No siguen erre que erre en su postura. Mr No, el Divino Pedro, sigue con el no es no, aunque ha introducido un matiz, ya no habla de ser oposición, sinó dice ser alternativa y sus corifeos, como el desairado Pachi López utilizan esta palabra, que de una forma más alambicada repite Ximo Puig desde la Comunidad Valenciana.

Continua la cantinela del ahora es el momento de Rajoy, sin descubrir sus cartas para después del previsible fracaso de su investidura. No hace falta ser Merlín para adivinar que los amigos socialistas desean rizar el rizo y constituirse en alternativa a partir del dos de septiembre y decantarse por un Gobierno Frankestein, con una alianza del no, de todos contra Rajoy, que alcanzaría 180 votos y quien sabe, cosas más raras se han visto en política, si con la abstención de Ciudadanos, a pesar de los retortijones que les provocan los podemitas.

Sánchez y su camarilla, con el silencio de los barones, busca el resquicio para justificar este gobierno intentando formar un ejecutivo con las menores hipotecas posibles y hacer como Costa en Portugal: pactar la economía a la derecha y las políticas sociales a la izquierda, pero hay que salvar el maximalismo de los independentistas con sus referéndum a cuestas y hay que explorar las exigencias de Podemos de formar gobierno o intentar solo un apoyo de investidura para sacar a Rajoy de La Moncloa.

Por esta razón creo que el futuro próximo esta en manos de Pablo Iglesias, que es político de muchos recursos y puede que entre sus cuentas no esté favorecer el ascenso de Pedro, a quien no juzga a la altura de las circunstancias y no desea al mismo tiempo perder el cetro de la oposicion para lo que pondrá exigencias difíciles de aceptar, aunque sabe que el hambre de poder es inmensa y Pedro aceptaría todo, pero su imaginación es muy poderosa y sabe como sacarle de las casillas y desconcertarle con un placer sádico, visto desde el punto del Divino Pedro que no ve la hora de instalar sus canchas de baloncesto y sus barbacoas en La Moncloa.

Por ahora están jugando todos con las palabras y barajando incluso si les conviene unas esperpenticas terceras elecciones con sabor a turrón y a sidrina achampanada.

Alternativa, oposición, desmadre, hoguera de vanidades. Santa Rita patrona de los imposibles echanos una mano y no las dos al cuello.

Quetzalcoatl, Dios del viento

Siempre me ha fascinado la creatividad de los mexicanos, su preferencia por grandes ideas y proyectos continentales y mundiales. Entre mis lecturas del verano he leído dos libros que iluminan los antecedentes de los mexicanos antes de la llegada de Hernan Cortés, me refiero a dos relatos históricos, la Maliche de la novelista Laura Esquivel y el Monctezuma del hispanista Hugh Thomas, en que se retrata el encuentro entre dos culturas en plena expansión: la renacentista de los españoles y el dorado apogeo del imperio mexica con códigos de conducta diametralmente opuestos y valores éticos diferentes.

Un punto de enlace entre ambas visiones del mundo es el representado por el Dios del viento y del espíritu el emplumado, Quetzalcoatl que se oponía a los sacrificios humanos y que inspiraba la cultura, el saber y la educación de la epoca.

Un episodio de ebriedad debido al pulque, que le llevó a cometer incesto con su hermana, le había hecho huir avergonzado por el este en una balsa de serpientes y como los dioses no pueden morir, se esperaba su vuelta y la aparición de los blancos barbados por esta zona con venados gigantescos, los caballos, jamás vistos y perros feroces junto a sus naves gigantescas les hicieron pensar a los mexicas que se trataba de su vuelta.

Cortés, hombre maquiavelico y de acción, les siguió el juego cuando a traves de sus intérpretes Aguilar y Malinali comprendió que esta situación le ayudaba en su empeño de conquistar este fascinante país. Esta es la historia que se estudia en las escuelas, con interpretaciones a veces opuestas entre quienes censuran la pasión por el oro y la crueldad de los europeos o chocan contra la tradición de sacrificios y canibalismo ritual de los mexicas. Son dos pesos y dos medidas. La Cruz por la espada o la cultura de la sangre.

Entre ambas visiones se impone la del Dios del espíritu y la del Cristo redentor.‎ Cortes llevaba consigo la Virgen de Guadalupe de su Extremadura, que se apareció al indio Juan Diego y se convirtió en un poderoso símbolo de la nacionalidad mexicana. Estoy convencido que en la religiosidad mexicana esta incorporada el mundo del espíritu de Quetzalcoatl, el Dios del viento, que también resopla con fuerza en la visión mundialista de sus pensadores y filósofos como Octavio Paz.

En su laberinto de la soledad los mexicanos son hijos de la Malinche y de Cortes, reniegan de ambos, pero se sienten al mismo tiempo fascinados por conquistadores y conquistados, que forjan la raza de cobre.

Jose López Portillo, el que dijo que defendería al peso como un perro, antes de devaluarlo sin remisión eligió como símbolo de su sexenio presidencial a Quetzatcoatl, el dios del viento.

En el Zócalo de la Ciudad de México entre Catedral y Presidencia bulle un pueblo tocado por este dios que los reconcilia con lo mejor del mundo antiguo y les afirma en su identidad nacional.