El gato y el ratón

Estamos presenciando en política el juego del ratón y el gato. Es muy táctico, muy sutil.‎ Se trata de sacar al conejo de su madriguera y hacerle presentarse a la investidura lo antes posible, el porque es también muy retorcido. Los plazos para aprobar los presupuestos y evitar la multa de Bruselas son determinantes.Antes de octubre debería haber gobierno. El periódico El País portavoz oficioso de la izquierda ya fija unas fechas a finales de mes. Rivera tiene mucha prisa. Sánchez e Iglesias callan. Es evidente que no hay un clima de buena fe. Hay un escenario oculto del que nadie habla pero en el que todos piensan. Un rápido revolcón de Rajoy abriría las puertas a un gobierno de salvación nacional de Sánchez, a poder ser con mucho calor y agobio, una investidura express obligado o mejor dicho justificado por los temas mencionados del presupuesto y la cuantiosa multa. Rajoy, con astucia galaica desea reducir los tiempos para que su investidura sea la única posibilidad de abordar estos asuntos. Sabe que con Sánchez, Rivera se encontraría más comodo, aunque tuviera que tragarse el gigantesco sapo de Podemos, pero estos últimos podrían mimetizarse para ser la única oposición a este eventual gobierno de centro izquierda. Cuanto más se acerquen las fechas de la investidura a octubre más difícil sería el denominado gobierno Frankestein. González ha dicho que estamos ante una situación a la italiana, pero sin italianos, pero tenemos gallegos, que tienen ese sentidiño que tanto gusta a Don Xulio. Es un juego del gato con el ratón, en que ambos se cambian los papeles y de tanto jugar reina la confusion, pero a esta hora y este día el horizonte no está claro y las intenciones son turbias, la consigna ahora es sacar al conejo de su madriguera, mientras Don Mariano espera sacarse un conejo de la chistera.