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La viuda y su realidad

martes, 09 de agosto de 2016
Es un honor, un placer, y una responsabilidad hablar de “La viuda y su realidad”, precisamente ante quien mejor conoce su problemática, por parte de quien cree conocer en profundidad una situación, una forma de vivir.ç

Mi atrevimiento se basa en el conocimiento directo de una situación, toda vez que mi madre se quedó viuda cuando yo tenia cinco años, hace ya sesenta y cuatro, con lo cual quedé inmerso en un mundo especial cuya realidad –necesariamente muy diferente del momento actual- me marcó para siempre.

Y quiero que me permitáis – aceptad, por favor, el tuteo amistoso, igualitario, de confianza- comenzar esta mi intervención de forma extraña que inmediatamente explicaré.

Comienzo diciendo: Muy buenas tardes, amigas, señoras y señores… Con esta salutación no pretendo mencionar a los escasos hombres presentes, sino que la salutación es exclusiva para vosotras, amigas, viudas de toda España…

Mi situación de huérfano infantil originó que yo fuese criado por mi madre, con los mayores esfuerzos, con los mayores sacrificios… mi madre cubrió todas las carencias; ella fue mi madre y mi padre, conformó conmigo la unidad familiar… y yo no puedo dejar de consideraros, en todo momento, especialmente aquí y ahora, a cada una de vosotras en cuanto a responsabilidades, trabajo, efectividad… como un conjunto de hombre-mujer, padre-madre, “caput familiae”, dúo en la unidad, como un misterio de dualidad… y no sé expresar mejor mi admiración y mi afecto que saludar a vuestro excepcional papel familiar y social con el habitual “Señoras y señores”, para indicar que en vosotras reconozco las excepcionales cualidades que os convierten en heroínas por necesidad, taumaturgas cotidianas, que día a día demostráis cual es en verdad el sexo fuerte de este nuestro mundo que quiso ser especialmente difícil para vosotras, y que vosotras, con esfuerzo y tesón, acabásteis por dominar.

Pero no puedo centrarme en mi admiración por la condición de mujer y viuda, sino que debo plegarme disciplinadamente a lo que de mi esperan mis amigas las viudas lucenses, que me pidieron hablase de la “Importancia de las asociaciones (de viudas) en la sociedad actual”.

Y para entrar en materia comienzo a considerar que hay dos puntos de vista para apreciar la importancia de una asociación de viudas ahora y siempre… Desde el interior, desde la propia asociación; y desde el exterior: medios informativos y público.

Comienzo por la vertiente exterior… Como se aprecia desde fuera, desde la sociedad, la existencia de una asociación de viudas. Y dentro de esta visión exterior, una perspectiva histórica… Como se aprecia ahora, y como se apreciaba –por ejemplo,en Lugo- en el comienzo de su actividad.

1976… hace ahora cuarenta años. Surge una asociación de viudas… que llevará el nombre de Julia Minguillón, singular pintora lucense. Y la sociedad se sorprende, en un momento en que todo comenzaba, los partidos políticos, los sindicatos libres, las asociaciones culturales, las asociaciones de vecinos… Comienzan a pasar cosas. Existen asociaciones de padres de familia, de amas de casa, de inválidos civiles, y nace una Asociación de viudas. Y comenzamos a tener la percepción de la incidencia social de sus circunstancias.

De repente, las viudas –como colectivo- se hacen visibles. Aparecen en sociedad. Hasta entonces las conocíamos una a una; a fin de cuentas, Lugo es una ciudad pequeña en la que creemos que nos conocemos todos. Conocíamos a las viudas, sabíamos de sus esfuerzos, de su vida austera, de que el color predominante en su vida era el negro… dedicadas a sus hijos, cabezas visibles de sus familias, lo que hoy se puede llamar familia monoparental… una mujer ejerciendo un especial papel como padre y madre.

Los medios informativos, prensa y radio entonces, comenzamos a saber que las viudas se asociaban, que ya no caminaba cada una por el habitual sendero… que ya no rige la vida de claustro hasta entonces habitual: del trabajo a casa, del colegio de los niños a la iglesia, y de nuevo a casa… se introdujo un elemento nuevo, el asociacionismo, la relación, la unión… continuando en lo básico con los hábitos instituidos, pero con nuevos elementos que van haciendo más compleja la vida, y también más interesante y fructífera…

Se trata de una revolución pacífica… no se rebelan contra nadie. Luchan para mejorar su especial situación, la especial situación de sus familias y de su lugar en la sociedad… y van a transformar esa sociedad.

En aquel Lugo de 1976, es un grupo de mujeres capitaneado por una conocida de todos los lucenses por su relevancia social, por su actividad, por su trabajo, por ser madre viuda de siete hijos, por su postura ante la vida… A Aurora Carro la conocimos toda la vida como Aurorita Carro… Y sigue siendo nuestra Aurorita Carro. Y es la Presidenta de las Viudas, desde entonces. Y no se entendería a Aurorita sin las viudas. Y no se entenderá, y deseamos que tarde muchísimos años, a las viudas lucenses sin Aurorita.

Esto, desde fuera, desde la opinión pública, desde los medios informativos, desde la sociedad lucense… Lugo poseía una naciente asociación de viudas, que al principio pudiera pensarse que era el lugar a donde acudir para lamerse las heridas que la vida producía, y resultó ser el ágora, la plataforma, el espejo donde mirarse, una social cuadratura del círculo… que cuarenta años después tiene tanta vitalidad como experiencia.

Me faltaba la perspectiva interior, y por eso hace unos días me reuní con una veintena de asociadas en su sede social para conversar… y de la conversación ir entresacando la realidad interna de la asociación. Mi primera sorpresa fue saber que su sede social es un piso de su propiedad… ello da una seguridad a la asociación que muy pocas pueden poseer. Hablamos y escucho; entremezclamos recuerdos y observaciones, y voy obteniendo información sobre la asociación lucense de viudas, su trayectoria, su rentabilidad social y, por lo tanto, de su garantía de continuidad.

Sé que se unieron para trabajar conjuntamente, para huir de la soledad y del vacío, para defender a las viudas y a los huérfanos, por ellas mismas y por todas las que quisieron viajar con ellas a través del tiempo hasta llegar a este momento. Y por todas las viudas de España.

Primero se reunieron, luego hablaron, trabajaron, decidieron. Y volvieron a hablar, trabajar, decidir… insistentemente, continuamente… y fueron llegando asociadas, funcionaba el boca a oído, la información de las amigas –ya dije que en Lugo nos conocemos todos- los mensajes de los medios, el buen hacer…Asumieron su papel, necesidades, posibilidades… y despertaron conciencia social. Hablo de Lugo, y de los infinitos Lugo que hay por nuestro mundo. Y comenzaron a trabajar con problemas que hoy son historia… las viudas republicanas que aún tenían problemas muy especiales, los muchachos hijos de viuda que tenían que efectuar el servicio militar, las pensiones, las ayudas… crearon hace treinta años la primera oficina para recibir denuncias por malos tratos a niñas y mujeres. Muchas denuncias llegaron al domicilio particular de Aurora.

En los ciclos de conferencias que organizaron participaban los mejores especialistas. Efectúan propuestas para incluir temas en el Estatuto de Galicia, se preocupan por la presencia de la mujer en las listas electorales, participan en la constitución de asociaciones de vecinos, se consigue de la Xunta la creación de un órgano específico relacionado con la mujer… y organizan conciertos, reuniones y congresos, clases de memoria, gimnasia de mantenimiento, manualidades… e infinitas gestiones, viajes, exposiciones… y hoy, como el abuelo gallego de Alberto Cortez que emigró a Argentina porque sus manos fuertes estaban vacías:

El abuelo un día… lloró de alegría / cuando vio sus manos,
que un poco más viejas, / no estaban vacías…

También aquí es aplicable… Cuarenta años después, muchas de aquellas fundadoras – y desde luego su Presidenta- siguen siendo parte activa de una singular Asociación, y sus manos están llenas, y han dado a manos llenas su trabajo y los frutos conseguidos, no sólo para su colectivo, sino para todas las viudas de la provincia de Lugo, con la consiguiente repercusión de todas sus acciones, urbi et orbe, a todas las viudas de España.

Reconozco que esta es una chapucera radiografía de la asociación de viudas de Lugo, y hay dieciseis en Galicia… y hay una en mi Vilalba natal donde seguro que mi madre hubiera tenido una vida más fácil, si en su tiempo hubiera existido una asociación de mujeres con similitud de problemas. Pero entonces era un tiempo oscuro, casi negro, que exigía luto riguroso en la vestimenta y en el alma… Hoy la asociación de viudas de Vilalba disfruta de la casa que fue de Carmiña Prieto Rouco, (no poetisa, era “la poeta” para los villalbeses), que escribió “A virxe viuda” sobre Rosiña dos Cadavás que enviuda virgen al morir su novio en un naufragio, en su singladura hacia la emigración americana.

Que poderosa puede llegar a ser una asociación de viudas que se sienten unidas entre si por vínculos familiares, y tienen en la asociación su casa,!!!

Han pasado los primeros cuarenta años de la Asociación de Viudas de Lugo. La presidenta es la misma, pero ya no cuida de sus hijos sino de sus nietos… ya no vienen los niños a sus reuniones, como en aquellos primeros tiempos, que aquellos niños han volado muy alto gracias a las alas que sus madres les incorporaron… Ahora llegan menos asociadas, porque necesitan menos de la fuerza aglutinadora de la asociación, pero las que llegan son fervorosas, preocupadas, entregadas… ya no visten permanentemente de negro, que ya que el arco iris tiene tantos colores como direcciones la rosa de los vientos, es menester no dejarse enganchar por un solo color que todo lo oculta e impide que la ilusión se recree en los infinitos tonos de la claridad.

Llegaron a ir con sus hijos a las discotecas para ver y ser vistas, para normalizar sus existencias… se llevan bien con todos, y lo que dije de los colores vale también para la política ya que independientemente de sus creencias y querencias, todos los colores entran también en el abanico de sus vidas, y se llevan bien con derechas e izquierdas, nacionalistas o independientes… todos los grupos políticos atienden y entienden a las viudas lucenses…

Yo debería haber dicho algo de la importancia de las asociaciones en el momento actual. Porque se evidenció que cuando nacieron resultaron imprescindibles y consiguieron mover el mundo. Pero siguen siendo indispensables en nuestra vida.

Porque pueden haber variado los colores, y del negro haber llegado al infinito; pueden haber mejorado situaciones, subido las pensiones, dignificado la consideración social… pero siempre habrá camino que recorrer en el sentido machadiano de “hacer camino al andar”, siempre habrá viudas que precisen de ánimo colectivo, siempre –y más en estos tiempos críticos…

Puede que en el momento actual, entrados en este siglo que pensamos iba a ser el del progreso y del futuro, parezca que los objetivos de antaño estén superados… pero si en algún momento así pensais, yo os sugiero que habléis con la más veterana de vuestras asociadas… y con la recién llegada. Y escuchéis, y comparéis. Escuchareis las mismas carencias, las mismas necesidades, materiales o espirituales… porque una asociación como las vuestras tiene tanto de atención a los problemas materiales como la preocupación por las ideas, las preocupaciones, las convicciones, las soledades, los vacíos, la comprensión, la identidad, la fe… en el presente y en el futuro.

Sois, y permitidme la comparación, como aquellos venerables médicos de familia de antaño que curaban los males del cuerpo y del alma…Don Quijote –y estamos celebrando el cuarto centenario de don Miguel, su creador- elogiaba al mítico bálsamo de Fierabrás para la sanación de todos los males… No caeré en la tentación de compararos… pero si que sois un bálsamo. Y los bálsamos serán precisos siempre.

Vuestras asociaciones en el tiempo actual son un ejemplo, imprescindibles, de lo que hay que hacer, como hay que hacerlo, y que armas a utilizar. No sois importantes; sois esencialmente imprescindibles. Tomad conciencia de ello… pero, ¿qué digo?... Vosotros lo sabeis perfectamente. Por eso estais aquí, en esta tierra del fin del mundo conocido de la antigüedad, en este finisterre donde se recibió la primera noticia del descubrimiento del Nuevo Mundo.

Yo os deseo que esta comunión de ideas y experiencias experimentada en Lugo os refuerce en vuestra ilusión, en vuestra fe, y en la seguridad de que vuestro papel es esencial para toda la sociedad, y no sólo para las viudas y sus hijos. Desde las profundidades de nuestra memoria, desde la altura de vuestras experiencias, desde el agradecimiento de tantas familias beneficiadas, desde la marea que originasteis con vuestras acciones, tienen que llegaros el agradecimiento de la sociedad, la sonrisa de los beneficiados, la sintonía de los corazones doloridos, la paz que llevasteis a tanta gente. Y todo eso, en lugar de tranquilidad, tiene que proporcionaros una satisfactoria inquietud inagotable ante todo lo que queda por hacer, y que vais a hacer para el futuro. Sabed, amigas que no es que el futuro sea vuestro… Vosotras sois el futuro para muchísimas familias. Y por lo tanto, vosotras -señoras y señores- sois el futuro.

Finalizo: Rosalía de Castro, laica patrona de Galicia, excepcional como mujer de letras y pensamientos, habla de “viudas de vivos e mortos / que ninguén consolarᔅ viudas de muertos, solas ante la vida; viudas de vivos, en la lejana emigración, sin noticias, sin ayuda, en la soledad más absoluta.

Hoy, Rosalía de Castro, reharía su poema… sabiendo del consuelo que ibais a proporcionar a innumerables viudas. Por todo ello, y por vuestra atención, gracias.

(Intervención del autor en el Congreso Nacional de Viudas, celebrado en Lugo el 11 de junio de 2016).
Xiz, Xulio
Xiz, Xulio


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