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Pablo de Rokha en una conferencia magistral

viernes, 19 de agosto de 2016
Aquí, en este vértice, Tomás, hago un abismo, trazo un vacío imponente, paro mi vida. Aún escucho crujir la naturaleza y el corazón de tu madre, aún veo el sonido de mundo, de tiempo que se derrumba, de sol, de mar, de luz partida de la última gota de aceite alcanforado, aún siento que la pequeña lengua lame la eternidad ensangrentada.
(Pablo de Rokha)

Pablo de Rokha en una conferencia magistral
El pasado mes de mayo, Antonio Chaves Cuiñas profirió una conferencia magistral sobre Pablo de Rokha, fruto de sus amplios conocimientos de la vida y obra de nuestro grande y preterido poeta, y de las sesudas investigaciones que llevó a cabo durante más de un año, con un olfato indagador digno del más fino sabueso literario. Nos acompañaron Patricia Tagle, directora de la Fundación De Rokha, junto a sus hermanas Verónica y Sonia. Estaba el presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, Roberto Rivera, y los directores David Hevia, Alfredo Lavergne, Juan Pablo del Río y Eduardo Robledo.

En el lapso de una hora y quince minutos, Antonio dio cuenta de algunos de sus hallazgos, basando su exposición en el extenso prólogo de la antología inédita que ha preparado con tanta pasión y redoblado esmero. Pocos de los asistentes conocían la profundidad de las vinculaciones del poeta con la cultura española de su tiempo y sus raíces en la tradición española que van desde Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, pasando por las obras de Miguel de Cervantes y Saavedra, Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Teresa de Ávila, Mateo Alemán… hasta desembocar en figuras señeras como Ramón del Valle-Inclán, Ramón Gómez de la Serna y Arturo Cuadrado Moure.

Quizá las interpretaciones más notables que podemos rescatar del vibrante y cálido discurso de Antonio Chaves, matizado con alusiones directas a ciertos contertulios, expresadas en el mejor gracejo de la retranca gallega, sean aquellas que vinculan a ese Quijote furibundo, nacido en Licantén, con el Caballero de la Triste Figura y sus cotidianos avatares para desfacer entuertos y salvar doncellas en peligro de vejamen, o para acometer contra los molinos de viento trocados en odiosos gigantes, alegoría muy cercana a los ámbitos literarios de nuestra pequeña pero feroz república de las letras, con sus oportunistas paniaguados y mediocres postulantes a premios de servidumbre burocrática y genuflexión política.

En un ambiente literario como el nuestro, plagado de tópicos y caricaturas de salón, Pablo de Rokha aparece como un individuo iracundo y vociferante, rara avis que asusta y previene a los críticos semanales a sueldo, que soslayan sus publicaciones, las que les acomoda omitir, puesto que tienen para ello el aval tácito de las editoriales consagradas en el medio. Como se sabe, Pablo producía sus propias ediciones, lo que hoy atenta contra una adecuada recopilación de las mismas, para completar el arduo trabajo de reunir su vasta obra dispersa.

Antonio Chaves nos revela aspectos desconocidos, tanto de su obra como de su personalidad. Pablo de Rokha poseyó una sensibilidad fina y aguda, que hay que saber apreciar en sus matices y claroscuros, en las huellas de sus viajes y en la pródiga escritura de crónicas, artículos y ensayos que es preciso rescatar del olvido, como lo ha hecho este gallego inquieto y trashumante que nos acompañara en brevísimo espacio de tiempo, aunque estamos seguros de su retorno, porque este Ulises de la Vicus Augusta seguirá disfrutando más del regreso que del viaje, aun cuando su Penélope galaica se marche también con él, quizá para recordarle que él volverá a recurrir a la nostalgia para echarse de nuevo al mar proceloso que fascina y engaiola a los gallegos desde tiempos inmemoriales. Y ella, Begoña, estará frente al telar, dibujando con los hilos de la esperanza aquellos periplos que completan los círculos de la rosa de los vientos.

Y ahora, sin haberle pedido su anuencia a mi amigo Antonio Chaves, doy cuenta, con sus propias palabras, de uno de sus más notables hallazgos, en nota extraída de su refugio en Facebook, y que nos diera a conocer en este acto, en medio de la expectación y el regocijo de los presentes reunidos en la Casa del Escritor:
Pablo de Rokha en una conferencia magistral
Importante hallazgo...

«UN NUEVO ENSAYO DE PABLO DE ROKHA»
Ayer, martes 24 de mayo de 2016, en la SECH, durante la celebración de la conferencia coloquio "Pablo de Rokha: Con Cervantes y España de Fondo», di a conocer públicamente el hallazgo de un ensayo que permanecía inédito para todos los rokhianos... Se trata de "CARTA A JOSÉ ORTEGA Y GASSET" (Klog, Editor. Santiago de Chile, 1928)...

... A su amigo español Ramón Gómez de la Serna, al padre gestante de las «Greguerías», avanzado del surrealismo ibérico, y uno de los pioneros de la vanguardia europea, dedica el poeta de Licantén su estupendo y silenciado ensayo «Carta a José Ortega y Gasset», en 1928:

RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA,
Acepte Ud., querido amigo, que, al saludar su nombre soberbio, salude yo a la egregia juventud ibera, frente a estas líneas, sin importancia, que se dirigen al augural filósofo de España.
P A B L O
… ya en «Ensayo de Estética» Pablo de Rokha hizo mención a su amigo español Gómez de la Serna, al que se refiere como “Ramón el hiperbóreo”, lo que nos lleva también a tiempos en que Nietzsche reinvindicó tal condición para sí mismo...
... Una carta, esta dormida y señalada «Carta a José Ortega y Gasset» en 1928, que es fundamental para quienes se acerquen hasta la figura y obra del poeta chileno Pablo de Rokha... Una carta dirigida a quien, en "Meditaciones del Quijote", en el año 1914, había señalado que un estilo poético lleva consigo una filosofía y una moral, una ciencia y una política... todo lo cual se cumple, sobradamente, en el caso del chileno y poliédrico vate de Licantén...
Un ensayo que lo retrata retratándose, y donde se muestran claves fundamentales y definitorias en las que ha ido e irá cimentado su obra, de todo cuanto había escrito y hecho hasta la fecha, y mismo de lo que seguirá escribiendo hasta el final de sus días, operando tal que al modo de un eje, como referencial vértice y punto donde convergen enormes magnitudes que lo conforman, las de un creador e innovador en solitario, y mismo un anticipador, desde su innegable e indiscutida chilenidad, comprometido con su pueblo: Universalizándolo...
... el Pablo de Rokha, que en 1928, dirigiéndose a José Ortega, escribía:
Hoy hacemos arte que deviene ultramoderno porque la substancia elaborada y aquella gran levadura de siglo así lo determinan, así lo estatuyen, y arte chileno, no por nacionalismo: porque trabajamos en material chileno, en material chileno y cosmopolita, como el trigo o el vino, o como el pan nacional, que es la hostia humana.
(He dicho vino, vino y me he tendido a descansar a la sombra de aquellos “Tres cuadros del vino” que publicó Ud. en la revista “España”, tan precisos, divagando, tan redondos en su luz exacta).
Ud., José Ortega y Gasset, el hombre de la gran claridad de la meseta del Quijote, ejemplo de España, de la España dura y pura y clásica, en sentido de vértice subjetivo, de la España de piedra negra, educado en las cuadradas disciplinas kantianas, Ud., ojalá nos diga bastante, mucho, de lo que Ud. sepa y vea en nosotros.
… eso manifestaba quien un año antes, en 1927, había publicado los libros de poemas "Satanás" y "Suramérica", y el libro de ensayos "Heroísmo sin Alegría"...


¿Qué más podría yo agregar? Nada. Solo incluir un hondo abrazo para Antonio, o mejor unha forte aperta o unos agarimos al entrañable hermano de dos confines y a su compañera inseparable, Begoña Pereira.
Deica logo, compañeiro…
Moure Rojas, Edmundo
Moure Rojas, Edmundo


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