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Verás que todo es mentira, verás que nada es amor…

jueves, 28 de julio de 2016
Con estas palabras callejeaba, desolado, por los barrios de Buenos Aires un varón de cuarenta años que acababa de convencerse que a nadie le importa él, y peor, que a nadie le importa tema alguno que fuese de carácter social, de corresponsabilidad, de fraternidad, o “de gratis”. “Verás que todo es mentira, verás que nada es amor, que al mundo nada le importa, yira, yira”, camina, deambula, cabizbajo y perdido... Es la letra del tango, estilo musical hoy casi desaparecido, que muchos aprendimos y saboreamos oyendo cantar a nuestras madres, impostando el tono de Carlos Gardel. Cada tango expresa una historia íntima, o descubre el dolor callado de muchos. Pero esto no va de tangos, aunque duela en profundidad.

Son los acontecimientos de actualidad en nuestro país los que desaniman. Las segundas elecciones a cortes, los resultados y la forma como tratan de resolverlo buscando alianzas. Por poco que uno se pare a reflexionar en la oratoria, los argumentos, programas, promesas y amenazas, NO entiende nada, y se siente burlado una vez más. Las personas sencillas, con interés por conocer información para poder decidir, a lo que llegan es a una confusión constante, y a descubrir que los engaños son premeditados.

En las campañas para las votaciones, los partidos conservadores demonizaron a los nacionalistas, especialmente catalanes, con contundencia e insistencia, de ninguna forma se podía romper España (como si España fuera una jarra de Sargadelos). Incluso insistían en que nadie debía acercarse para hablar con los de Esquerra Republicana o los de Convergencia, donde Mas propuso, alentó y casi convocó un referendo “ilegal”.

Se formaron dos bloques, los inamovibles de Ciudadanos “de ninguna forma dialogar con los nacionalistas”, ellos nacieron y crecieron con la razón de negarse al nacionalismo en general y a los separatistas en particular, de tal forma, que si se normalizaban las relaciones con esos indeseados, perderían la primera razón de existir. En el mismo bloque entran los de PP, que, en su defensa contra el separatismo recuerda aquello de la dictadura “España una, grande y libre”, olvidando que la grandeza de España está en ser un mosaico precioso que hay que proteger y conservar en su diferenciación, de tal manera, que si homologamos toda la península matamos la riqueza de este país. Y, aunque parezca extraño, á este bloque se apuntó el PSOE, pienso que dividido, hay una parte que representan los viejos elefantes, los que mandaron con ahinco en su momento y que ahora lo quieren hacer en la sombra, algunos no saben callarse, sería conveniente que recordasen lo que hizo Miguel Boyer, con la máxima prudencia se retiró; frente a ellos está la fiel militancia, que por ser de izquierdas, no sienten repugnancia en unirse con otras fuerzas políticas que presenten programas de defensa social y de apoyo a los desfavorecidos, estos sí quieren que haya un cambio de verdad.

En el otro bloque están el resto: republicanos; nacionalistas, capitalistas o no, En Mareas, En Común, Compromis, Podemos, … y hasta Izquierda Unida, que siendo un partido a la izquierda del PSOE no negó el diálogo a nadie, especialmente su líder, Alberto Garzón, que tiene la capacidad de ser progresista y actualizarse como el tiempo y la sociedad lo exige, además de ser un tipo tranquilo, formado, atento a los problemas sociales y primer defensor de “luz y taquígrafos”, su claridad en la expresión es digna de reconocimiento.

Así las cosas, parecía imposible que se entendiesen los del primer bloque con los del segundo, el tema esencial que les separaba era el nacionalismo e independentismo. El PSOE tragó el anzuelo de Ciudadanos y después quiso domar a Podemos indicándole que tenía que caminar por el sendero que le marcasen, Podemos no podía aceptar so pena de traicionar a todos los que le apoyaron.

Se tuvieron que convocar nuevas elecciones y los resultados fueron semejantes , subió el PP (fue la fuerza más votada) bajó Ciudadanos; bajó el PSOE, pero no hubo sorpasso por parte de Podemos que iba a por todas y lo hizo mal con las alabanzas inútiles al PSOE, que veía en la agrupación de Iglesias su máximo enemigo.

El PP consiguió la presidencia del Congreso y diseñó la mesa, lo obtuvo gracias a diez votos, a mayores, a su favor, no identificados. Todos quieren saber a quien pertenecen esos diez votos; unos alegan que el voto es secreto, otros como ERC que ellos ni pensarlo, Artur Mas que no está por apoyar a los que le han perseguido, el PNV afirman que votaron en blanco, Antonio Hernando del PSOE que no han llegado a acuerdo alguno. Soraya de Santamaría reconoce que hablaron con el nuevo Partido Democrático catalán, pero sólo “de temas institucionales y económicos”. Pero reconoce que hablaron, ya no les repugnan, si les facilitaron financiación a los catalanes será a cambio de algo. Y parece querer aclararlo todo Rafael Hernando del PP cuando responde (audio de internet) “evidentemente [salieron] del PNV, de Convergencia y Unió (?) y de Coalición Canaria”.

Contento y sonriente lo afirma el portavoz del PP, pero como la mentira es lo que impera, y ya no hay noticias sino propaganda, podemos pensar que cita a esos partidos para echar leña al fuego o para desviar la atención de otros grupos que lo negaron, pero puede que también estén mintiendo. Lo extraño es que los conservadores sonrían al citar a los nacionalistas y no los acompañen de una sarta de improperios, como hasta ahora era lo normal. Siempre nos quedará la duda y/o la mentira.
Cal, Rosa
Cal, Rosa


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