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¿Sabes distinguir las contracciones del parto?

lunes, 11 de julio de 2016
Las contracciones en el embarazo no son más que el entrenamiento del útero para el parto. El útero es el músculo que envuelve el feto y necesita entrenarse para estar en perfecta forma en el momento del alumbramiento, durante el cual debe soportar mucha presión durante un largo tiempo.

TIPOS DE CONTRACCIONES

El útero está en constante movimiento durante todo el embarazo lo que ocurre es que no se hace muy notable hasta el cuarto o quinto mes de gestación, y más claramente a partir del sexto mes.

- Existe un tipo de contracciones llamadas focales, pues es un área determinada del útero la que se mueve, en la mayoría de los casos producida por el movimiento del feto. También las hay que están generalizadas, pues aunque comienzan en un punto se expanden por todo el útero. Estás contracciones pueden ser provocadas además de por movimientos del feto, por problemas de congestión abdominal, gases, tener la vejiga llena o al cambiar de posición, como puede ser levantarse de la cama. Estas contracciones son inofensivas e indoloras, y en muchos casos son también una ayuda para el desarrollo de la relación madre-hijo.

- También hay otro tipo de contracciones inofensivas conocidas como contracciones de Braxton Hicks, estas son realmente el entrenamiento del útero. No aparecen por ningún otro motivo que el de preparar el útero para el parto. Normalmente tienen lugar sobre el quinto mes de gestación y se distinguen del resto porque se van extendiendo desde el fondo del útero hasta la vagina. Duran entre medio y un minuto y no son especialmente dolorosas aunque se siente perfectamente la tensión abdominal. Es indicativo de que el útero está funcionando correctamente.

- Por último están las contracciones de parto. La mayoría de las embarazadas, sobre todo las primerizas, suelen temer no reconocerlas pero tienen unas características que las hacen diferenciarse de las anteriores: son regulares, rítmicas y duelen.

DOLOR

Duelen por la falta de sangre. Cuando el útero se contrae se cierra con fuerza expulsando la sangre que está en sus fibras musculares como si fueran exprimidas. La falta de sangre provoca falta de oxígeno en el músculo y eso produce dolor. Al terminar la contracción el músculo se expande, volviendo así la sangre y con ella el oxígeno, entonces se calma el dolor.

Una correcta respiración ayudará a controlar el dolor durante el parto porque te proporcionará oxígeno y relajará tus músculos.

Las contracciones de parto comienzan en la espalda, a la altura de los riñones y luego avanzan hasta el bajo abdomen, cada vez se van tornando más intensas y el ritmo va aumentando. Si además notas que el dolor no cesa al cambiar de postura ni al caminar, no lo dudes y acude a un centro médico.

ETAPAS DE LAS CONTRACCIONES DE PARTO

- En la primera etapa las incomodidades son muy leves. Las contracciones comienzan a aumentar de ritmo e intensidad y el cuello del útero comienza a dilatarse y contraerse en intervalos que van de cinco a veinte minutos. Algunas embarazadas no se dan cuenta de que han empezado el parto debido a la poca regularidad o molestias que sienten, pero la mayoría suelen acudir al hospital en esta etapa, sobre todo si coincide con la fecha programada para el alumbramiento. Allí se realizarán los exámenes pélvicos valorando la dilatación del cuello del útero. Esta etapa también es la de mayor duración.

- La segunda etapa es en la que las contracciones se tornan más intensas, prolongadas y suelen ocurrir cada tres o cuatro minutos. Es mucho más activa y el cuello del útero alcanza una dilatación de cuatro a siete centímetros.

- La tercera etapa es la conocida como etapa de transición. Aquí es cuando las contracciones son más intensas, duran entre sesenta y noventa segundos, apareciendo cada pocos minutos y es cuando el cuello del útero alcanza su máxima dilatación llegando a expandirse de ocho a diez centímetros, proporcionando así las condiciones necesarias para que la embarazada comienza a empujar.

CALMAR LOS DOLORES

Hay algunas acciones y posiciones que reducen las molestias que causan las contrataciones, por ejemplo caminar, sentarse en una silla, ponerse de rodillas sobre un cojín o inclinarse sobre la cama.

Si apoyas la espalda en la pared con las piernas flexionadas y abiertas, reducirás la tensión y la sobrecarga de la espalda. También puedes tumbarte en el suelo y poner los pies en la pared como si estuvieras caminando para mejorar la circulación de las piernas. O poner las piernas abiertas y apoyarlas en el borde de un sofá. Para aliviar el dolor de los riñones ponte los pies con las piernas separadas y las rodillas un poco flexionadas, andando de vez en cuando para colaborar en la colocación del bebé. Otra postura que ayuda al bebé es ponerse de rodillas en el suelo con la espalda arqueada y apoyándote cómodamente mientras respiras despacio. O puedes sentarte con el respaldo de la silla frente a ti reposando la cabeza sobre él para que se relaje tu espalda.

Existen diferentes clases de anestesias para calmar el dolor del parto:

- Epidural, que suele administrarse para reducir los últimos dolores de las contracciones.

- Intradural, similar a la epidural porque se introduce ente dos vértebras, pero quita la sensibilidad total por lo que no se usa en partos naturales.

- Anestesias locales, utilizadas principalmente al practicar la episiotomía.

Además hay quienes practican técnicas de relajación como la progresiva de Jacobson o el entrenamiento autógeno de Shultz, optan por masajes, especialmente aconsejables en la zona lumbar, la del sacro y la parte interna de los muslos, o se ayudan de hipnosis, algo muy poco usual en España. También se aconseja el yoga durante el embarazo pues enseña técnicas de respiración además de tonificar y dar elasticidad a los músculos. Es recomendable alternar calor y frío para relajar el dolor.

Y por último debemos mencionar la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea o TENS, utilizada desde hace bastantes años para contrarrestar el dolor gracias a unos electrodos conectados a un pequeño generador de pulsos, que se pegan en la piel y causan un hormigueo que relaja los músculos.

Por el Dr. Miquel Àngel Jiménez Ortuño, miembro de Saluspot, ginecólogo y obstetra en Donainen.

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