El triunfo de Mariano

Gramsci tenía razón y Don Mariano leyendo el Marca se la da.Ha triunfado la voluntad y el PP se ha impuesto en unas difíciles elecciones gracias a una estupenda campaña electoral en una hora crucial para Europa en que ha reclamado el voto útil y se ha postulado como bastión de la seguridad jurídica y avance económico. El divino Pedro agita sus fantasmas y afea a Pablo Iglesias su cerrazón después del 20D y digiere su mal resultado aliviado por la derrota de la fontanera prodigiosa en Andalucía. Los podemitas aplazan su revolución imposible para mejores tiempos y se lamen sus heridas en el rincón del ring de las utopías. Por ahora se aleja el estallido social. Ciudadanos a pesar de su rabieta infantil en la noche electoral por la pérdida de ocho escaños se consolida como fuerza de centro, ya con sus propios votos y no con los votos prestados que han regresado al Partido Popular. Mariano Rajoy ha sido el gran triunfador del 26J, que de elecciones del sorpasso o adelantamiento se convirtieron en las de las sorpresa como han proclamado muchos analistas. Ha demostrado que es muy trabajador y un excelente estratega. Ha ganado la guerra y ahora tiene que ganar la paz. Ha superado todos los grandes puertos de montaña del Tour de Francia y ahora debe demostrar que no sólo es un gran escalador ha llegado el momento de probar que es también un gran bajador. Ha conseguido poner en su sitio a los populistas que querían dar la puntilla a la economía de mercado e instaurar una Grecia en España. La pesadilla de una meteórica subida de impuestos se aleja y el panorama económico se aclara. Los pensionistas volverán a dormir tranquilos, mientras sus nietos torceran el gesto y acentuaran su ceño. Rajoy nos ha hecho ver que los hombres tienen ideas y proyectos y no sirve tan solo la fecha de nacimiento. La experiencia cuenta. Ser joven es maravilloso, pero no autoriza por si solo a tener razón y a querer poner todo patas arriba. Don Mariano ha dejado claro que quien resiste gana y que su fe y su voluntad de defender los mejores valores y tradiciones españolas y llevar prendida en el corazón la palabra España ha dado resultado. Es el momento en que su sagacidad y su sentidiño gallego sepan llevar la nave a un puerto seguro protegiendonos de las tormentas exteriores e interiores y pasados las turbulencias actuales dar esperanza a muchos atribulados compatriotas que reniegan de la precariedad económica y desean un futuro más justo y próspero. Enhorabuena Don Mariano por su triunfo de la voluntad.