Política de género y natalidad / La roja y los rojos

Política de género y natalidad
El Cardenal Cañizares reaccionando contra un ataque a la Virgen de los Desamparados ha denunciado sin paliativos a la política de genero. Un tema tabú que nadie osa remover. Fue el arma decisiva de José Luis Rodríguez Zapatero para decantar el voto de la mujer. Quienes defienden la política de género reclaman medidas de conciliación familiar que hagan posible una natalidad suficiente para conseguir el recambio generacional. El equilibrio demográfico que garantice las medidas de protección social y el régimen de pensiones. Un gobernante sabio favorecería a las religiones que impulsan la natalidad y por tanto combatiria dialecticamente al ateismo.Favoreceria igualmente a la familia, que cuando se habla hasta la saciedad de la sostenibilidad, es el factor decisivo para incrementar la natalidad.Se mostraría contrario a la eliminación de la vida y fomentaria que ningún ser concebido fuera destruido. Pedagogía social. Se trata de promover una política de natalidad para países "sostenibles". Esta claro que las mujeres que me están leyendo, sobre todo las jóvenes, torcerán el gesto y creerán que se está haciendo un discurso contra sus libertades tan duramente conquistadas desde el derecho a la educación, la libertad de gestionar sus propios impulsos reproductivos o dicho de otro modo su sexualidad, el derecho de voto y la participación paritaria en política, sus derechos laborales y de libertades de expresión, nadie puede cuestionar lo anteriormente dicho, pero hay otro derecho que creo incuestionable, los derechos de la especie, como ser humano, como hombres y mujeres. Este gobernante hipotético apoyaría a todas las filosofías que fomenten el apogeo de las personas y rechacen, sin prohibiciones que tanto gustan a los nuevos inquisidores sociales, ideologías que condenen a las personas a la soledad y a la insolidaridad. El milagro de la vida. La belleza de un cuerpo que engendra a otros seres humanos. La función tan hermosa que tenemos de reproducirnos. En la naturaleza el surgir de la vida en primavera es uno de los espectáculos más bellos que se puedan contemplar. Imaginemos ideologías que impidieran a las plantas el brote de los hojas y eliminarán a los capullos serían suicidas y en definitiva estúpidas. En este punto estamos de acuerdo con los ecologistas, que son muy coherentes con los seres irracionales, los animales y protegen a las especies en peligro de extinción y a los lobos y a los osos y a las águilas y a todo bicho viviente, pero cuando se pasa a los animales racionales, nosotros los humanos, el discurso cambia, aqui ya no se defiende a la especie, se enfrenta a machos y hembras hasta la exasperación. Se idealizan nuevos Super hombres y Super mujeres por separado. El resultado es una reducción brutal de la natalidad. Los super seres dotados con todas las libertades y derechos tienen debilitados sus impulsos naturales reproductivos y pierden alicientes de sociabilidad. Se convierten en solitarios compulsivos. Si a esto añadimos la apología de la diversidad y parejas del mismo sexo entonces tenemos la tormenta perfecta contra la natalidad y la organización social en familia. Este político que amaria a su pueblo, que sería un estadista pediría humildemente a sus conciudadanos que no renunciaran a sus deberes de conservación de la especie y no redujeran este vital tema en disquisiciones económicas y les invitaría a explorar con ojos actuales la fuerza de un amor que multiplica y no excluye, no aisla, no desespera y disfrutaría leyendo y meditando las enseñanzas de los libros sagrados, que ven en la familia la máxima construcción de la humanidad. No se trata de prohibir. Se trata de conseguir el apogeo del ser humano. No su mutilación. Si a la vida.

La roja y los rojos
Este verano empieza con sabor futbolero y fuerte voltaje político. Se repiten las elecciones del 39 que hicieron estallar a la Segunda República. La victoria del Frente Popular desencadenó una revuelta militar que se tradujo en tres años de cruenta Guerra Civil. La historia nunca se repite de la misma forma. La tragedia se convierte en comedia de enredos.‎ Esta vez no son los militares los protagonistas, han sido sustituidos por unos aventajados jóvenes profesores que han sabido recoger los frutos del 15M, haciéndose portavoces de todos los indignados y subiéndose a la ola de los populismos que imperan en Europa después de la segunda gran depresión motivada por el estallido de las burbujas bursátiles y de la construcción y por una avalancha de refugiados que huyen de las guerras y de la miseria agolpándose en las fronteras europeas. Se reedita el Cándido de Voltaire. El Brexit, Donald Trump asomando la zarpa, los sueños de poder de Putin, una Turquía que se acostó republicana y que con Erdogan descubre sus fuertes raíces musulmanas, una China imparable que se vuelca en la ruta de la seda, un conflicto emponzoñado entre Israel y los palestinos y un terrorismo yihadista amenazador, son temas que ocupan a un Cándido puesto al día. En el horizonte nacional dominan la roja de Del Bosque y los rojos de la sonrisa de la hiena de Pablo Iglesias. Los personajes de Voltaire y su sátira universal sobre el mejor de los mundos cobran rabiosa actualidad con los Cunegunda y Pangloss nacionales ‎endosando graciosamente la camiseta roja de nuestra selección y Cándido tocando el bombo de Manolo, por su delicado estado de salud. Todos con la roja es el slogan del momento. Lo demás no importa. Pelillos a la mar. La roja y los rojos bailando una sardana con Pique y su niño, todos en los círculos populistas. En un país surrealista una revolución silenciosa se va abriendo camino mientras se festejan los goles de Morata y Nolito. Sin embargo el Cándido actual nos invita a todos a cultivar nuestro huerto y dejarnos de historias.